22 de diciembre de 2014

BOLITAS DE RON



Estas bolitas de ron reunen todos los requisitos que busco en un postre festivo: combinan licor y chocolate, son sencillas de preparar, no requieren de ingredientes extravagantes, se pueden servir a un grupo grande de comensales sin preocuparnos de cubiertos ni platos y se pueden tener listas con días antelación.

¿Qué más se puede pedir?



  
Nivel de dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 1 hora y media aproximadamente en la que vas a trabajar muy poco.


Ingredientes


170g de chocolate negro 
150g de mantequilla
100g de azúcar moreno
3 huevos grandes
1/2 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
1 pizca de sal
100g de harina


Para terminar las bolitas

90ml de ron
azúcar



Preparación


1   Precalentamos el horno a 180ºC (350º F ).
Colocamos el chocolate troceado en un cuenco y lo derretimos junto con la mantequilla en el microondas a máxima potencia durante un minuto. Removemos bien y calentamos otros 30 segundos si es necesario. Continuamos removiendo hasta que se haya derretido todo el chocolate. Dejamos templar.


2   Mientras tanto, batimos los huevos con el azúcar a mano o con una varillas eléctricas, hasta que la mezcla de huevos y azúcar esté espumosa y tenga un color más claro. Añadimos el extracto de vainilla y batimos unos segundos más.


3   Añadimos la mezcla de chocolate y mantequilla (debe estar templada) a la crema de huevos y azúcar y seguimos batiendo hasta conseguir una mezcla homogénea.


4   Mezclamos la harina con la pizca de sal y tamizamos (puedes usar un colador) sobre la crema de chocolate y huevos. Mezclamos con ayuda de una espátula de silicona, hasta que hayamos incorporado la harina y no queden apenas grumos.


5   Extendemos la mezcla (sin preocuparnos mucho de que quede bonita) sobre una bandeja cubierta con papel para hornear y horneamos a 180ºC (350ºF) durante 10-15 minutos, hasta que al introducir un palillo en la masa salga limpio. Dejamos enfriar.


6   Una vez el bizcocho este frío, lo sacamos de molde, lo desmenuzamos con las manos y lo colocamos en un cuenco grande. Añadimos el ron y seguimos trabajando la masa con las manos, hasta conseguir una pasta suave al tacto. Formamos bolitas algo más pequeñas del tamaño de una nuez y las rebozamos  en el azúcar. Las guardamos en el frigorífico unas dos horas como mínimo, hasta que las vayamos a servir.



 Consejos

  • Aunque parezca obvio quiero dejar claro que este postre es exclusivo para adultos, y que además va bien cargado de ron. Puedes rebajar la cantidad de ron con un poco de almíbar si prefieres un toque más suave.

  • Algunas ideas para hacer estas bolitas en modo no-alcohólico, (advierto que no lo he hecho todavía): sustituye el ron por batido de chocolate, almíbar o café.

  • Esta receta se presta a todo tipo de tuneos pecaminosos: cambia el ron por Grand Marnier, Kalua o Baileys, prueba a añadir otro tipo de aromas como ralladura de naranja o canela, métele un puñado de nueces picadas finas o tu chocolate favorito rallado para adaptarlas a tu gusto.






Receta adaptada de Martha Stewart

18 de diciembre de 2014

LASAÑA DE VERDURAS


Con esta receta me pasa lo mismo que con la receta para pizza, tengo que compartirla porque es la mejor que he probado por el momento. 







Esta lasaña de verduras esta de muerte y te puede ayudar a salir del paso tanto para una ocasión especial como para llevar al trabajo en taper, porque (punto muy importante a favor) congela de maravilla. 

Así que aquí tenéis un plato versátil y sabroso, de los que se comparten entre vegetarianos y carnívoros en paz y armonía...

Si tuviera que añadir algún pero a esta receta, sería el tiempo de preparación. Todos sabemos que preparar una lasaña de diez conlleva un proceso algo largo, aunque merece la pena, ya que esta receta es para 8-10 raciones. Ya me lo agradeceréis...



Nivel de dificultad: medio
Tiempo de preparación: paciencia pequeño saltamontes...


Ingredientes


Para la salsa rápida de tomate (solo mezclar los ingredientes)

800g de tomate triturado en lata
2 dientes de ajo bien picados
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de sal (¡ojo! depende de la cantidad de sal que lleve el tomate triturado)
un puñado de albahaca fresca picada (opcional) 


Para la salsa blanca (sin cocinar, sólo mezclar los ingredientes)

100g de parmesano o grana padano rallado (mejor si compras el trozo de queso y lo rallas en casa)
225g (1 taza) de nata líquida
225g (1 taza) de queso tipo cottage (también puedes usar ricotta o requesón)
2 dientes de ajo bien picados
1 cucharadita de maicena (almidón de maíz)
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de pimienta negra recién molida


Para el relleno de verduras

750g de berenjena
900g de calabacín (yo uso 450g verde y 450g amarillo)
sal y pimienta negra recién molida
5 cucharadas más una cucharadita de aceite de oliva virgen extra
4 dientes de ajo bien picados
1 cucharada de tomillo fresco picado (o 1 cucharadita de tomillo seco)
350g de espinacas tipo baby (las que venden para ensalada)
70g de aceitunas negras (tipo kalamata o otra aceituna negra de calidad) picadas  
 
Para terminar la lasaña

350g de queso mozarella o provolone rallado
250g de placas de lasaña listas para usar (de las que no necesitan remojo)



Preparación
  

1  Precalentamos el horno a unos 190ºC (375ºF). Pelamos y cortamos las berenjenas en cuadraditos de un centímetro y medio aproximadamente. Colocamos la berenjena troceada en un bol, salpimentamos, añadimos una cucharada de aceite de oliva y removemos bien. Horneamos la berenjena por tandas si es necesario (dependiendo del tamaño de la bandeja para horno que tengas), procurando engrasar la bandeja para horno o forrándola con papel para hornear. Removemos a los 10 minutos de horneado y continuamos hasta que la berenjena este completamente cocinada, unos 10 minutos más.







 
  Mientras la berenjena esta en el horno, troceamos los calabacines en cuadraditos de algo más de un centímetro y reservamos.


  En un bol mezclamos los ingredientes para la salsa de tomate. En otro bol, mezclamos los ingredientes para la salsa blanca. Reservamos.


4   Una vez tengamos toda la berenjena cocinada, la mezclamos en un mismo recipiente con el calabacín crudo a trocitos. Dejamos el horno listo para usar a la misma temperatura.
En un cuenco pequeño, mezclamos los 4 dientes de ajo picados, el tomillo y una cucharada de aceite de oliva y reservamos.


Calentamos una sartén grande con 1 cucharada de aceite de oliva y añadimos la mitad de la mezcla de calabacín y berenjena. Salpimentamos y cocinamos a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que el calabacín este listo, durante unos 10 minutos. Antes de retirar la mezcla de calabacín del fuego, hacemos un hueco en el centro de la sartén y añadimos la mitad de la mezcla de ajo, aceite y tomillo. Cocinamos durante un minuto y la mezclamos con el resto de las verduras ya cocinadas. Reservamos la verdura cocinada en un recipiente. Repetimos el mismo proceso con la otra mitad de la mezcla de calabacín y berenjena. Reservamos.


6   En la misma sartén donde hemos cocinado las verduras, calentamos una cucharadita de aceite y añadimos las espinacas y un poco de sal. Cocinamos a fuego medio-alto removiendo de vez en cuando hasta que las espinacas  hayan reducido su volumen, durante unos 3 minutos. Colocamos en un plato cubierto con papel absorbente y dejamos reposar unos 2 minutos. Mezclamos las espinacas con las verduras ya cocinadas.


7   Engrasamos una bandeja profunda para horno de 33x22 cm. Vamos a utilizar una taza de 240ml de capacidad como medida para facilitarnos el montaje de la lasaña. Debemos tener en cuenta que hay que repartir los ingrediente por toda la superficie, para que nos quede el relleno igual por todas partes. Los pasos a seguir son los siguientes:
  
  • 1 taza de salsa de tomate en la base
  • 1 capa de placas de lasaña. Probablemente tengamos que partir algunas en trozos y encajarlas a modo tetrix para que cubran toda la superficie.
  • la mitad de la mezcla de verduras
  • la mitad de las aceitunas picadas
  • la mitad de la salsa blanca
  • 1 taza de mozzarella
  • 1 capa de placas de lasaña
  • 1 taza de salsa de tomate
  • la otra mitad de las verduras
  • la otra mitad de las aceitunas
  • la otra mitad de la salsa blanca
  • 1 taza me mozzarella 
  • 1 capa de placas de lasaña
  • el resto de la salsa de tomate



      8   Tapamos con papel de aluminio y horneamos durante unos 40 minutos. Destapamos y añadimos el resto del queso mozzarella. Si eres fans del parmesano como una servidora, ralla un poco más por encima, cambia la función del horno para gratinar y cocina la lasaña durante unos 5 minutos, hasta que comience a dorarse. Dejamos enfriar la lasaña durante unos 15-20 minutos antes de servir, aunque ¿quién puede esperar?






      Consejos


      • ¿Por qué hay que cocinar las verduras antes? ¿No es más sencillo añadirlas en crudo? Cocinamos las verduras antes porque buscamos acentuar su sabor y reducir el líquido que puedan soltar dentro de nuestra lasaña. Con este paso nos aseguramos unos buenos resultados.
      •  Si no encuentras aceitunas negras tipo kalamata, o no te apetece complicarte la vida buscando unas buenas aceitunas negras, no las añadas y punto. Es mucho mejor que usar las típicas aceitunas negras sin hueso de lata, que por regla general dejan mucho que desear.
      • Usa un queso de calidad. Conviene hacer la inversión de comprar una cuña pequeña de parmesano o grana padano para aportar ese sabor redondo a la lasaña.
      • Acompaña este plato con un buen vino tinto y un buen pan. 





      Receta adaptada de America's Test Kitchen

      24 de noviembre de 2014

      SWEET POTATO FRIES O BONIATO AL HORNO


      Existen cosas típicas de E.E.U.U. que mucha gente no conoce. Por ejemplo, que una gran cantidad de la población prefiere un pulled pork sandwich a una hamburguesa, que existen los S'mores, una combinación de galleta (Graham crackers para ser más específicos), malvavisco y chocolate asociada las acampadas y a los recuerdos de la infancia de todo americano y que en los diners, puedes escoger entre french fries (patatas fritas) o sweet potato fries (boniato frito) como guarnición para tu hamburguesa o sandwich








      Lo del boniato frito me dejo bastante sorprendida, ya que como andaluza que soy siempre he considerado el boniato al horno como un postre o dulce. Peeero, como ya he dicho antes, a estos americanos les gusta combinar lo dulce con lo salado y tengo que admitir que en este caso han acertado al 100%.

      Esta "receta" (pongo comillas porque no llega a ser receta de sencilla que es) es la típica que podéis encontrar por la red, ya que a los americanos no les gusta hacer frituras en casa y se las apañan con el horno para muchos platos. Y que queréis que os diga... me parece genial, porque, sin entrar en muchos detalles, estas cocinas no están diseñadas ni preparadas para hacer muchas frituras. 

      Así que aquí lo tenéis, un soplo de aire fresco para vuestras noches de picoteo frente al televisor. Increíblemente sencillo y bueno.


      Nivel de dificultad: Fácil
      Tiempo de preparación: unos 10 minutos + unos 20 de horneado


      Ingredientes para dos personas

      Boniato (yo suelo usar uno mediano, de unos 250g)
      sal
      aceite de oliva
      especias al gusto
      Maicena o pan rallado (opcional)


      Para la mayonesa a la lima 

      Mayonesa casera o comprada
      Zumo y ralladura de lima



      1   Precalentamos el horno a unos 200ºC (400º F) y preparamos una bandeja cubierta con papel de hornear. En esta receta es importante usar papel sulfurizado (también conocido como papel para hornear o papel vegetal) para impedir que el boniato de nos pegue a la bandeja y se nos queme.

      2   Pelamos el boniato y lo cortamos en rodadas para luego hacerlo tiras, igual que lo haríamos para unas patatas fritas. Durante este paso es importante que el corte sea lo más parecido posible, tanto si te gusta fino como grueso, intenta que las tiras tengan el mismo tamaño y grosor.

      3  Colocamos el boniato en un cuenco y añadimos una o dos cucharadas de  aceite, espolvoreamos con sal, echamos un poco de pimienta recién molida. Yo os aconsejo empezar con una versión simple para los que seáis más comedidos y un puntito de cayena para los amantes del picante. Para los que queráis un punto más crujiente podéis añadir una cucharadita de Maicena o pan rallado Removemos bien hasta que  las tiras de boniato queden bien cubiertas por la mezcla de aceite y especias.
       
      4   Volcamos en una bandeja y repartimos de forma que siempre quede un espacio entre una tira de boniato y otra. Esta es la clave para que se cocinen bien. Si tu bandeja para horno es muy pequeña, hazlas en dos tandas.





      5    Cocinamos durante 10 minutos y sacamos la bandeja del horno para dar la vuelta a las tiras de boniato con una espátula, procurando no romperlas mucho y separándolas de nuevo para que se hagan bien en el horno. Continuamos con el horneado hasta que estén hechas por completo y tengan un color más oscuro, sin llegar a estar quemadas. Esto puede llevar unos 10 o 15 minutos más, depende del grosor del boniato y del tipo de horno que tengas.


      6   Para mojar, podéis preparar salsa sencillísima mientras el boniato esta el el horno: añade a un par de cucharadas de mayonesa un poco de ralladura y zumo de una lima o limón.

      7   Una vez esté listo, se sirve y se ataca sin piedad, que se enfría en seguida!! 



      Consejos


      • ¿Que no te importa hacer frituras en casa? Pues dale caña a la freidora y márcate una versión exprés de de esta receta. Repetirás seguro.

      • Mi mezcla de especias favorita es: pimentón de la vera (smoked paprica), comino y pimienta negra recién molida. Aunque como ya he dicho anteriormente, prueba, experimenta y haz las cosas a tu gusto. Siempre puedes empezar de una forma más simple e ir modificando la receta hasta conseguir tu mezcla de especias preferida.

      • Abraza los misterios del boniato: existen muchos trucos para que nuestro boniato al horno quede crujiente y ninguno de ellos funciona a la perfección. He probado usando maicena, harina normal y harina de garbanzo, he probado a no añadir nada y haga lo que haga, a veces funciona y a veces no. Hay gente que afirma que dejar el boniato en remojo unos 20 minutos y secarlo muy bien antes de utilizarlo ayuda, pero todavía no he probado a hacerlo. Yo creo que depende del tipo de boniato, aunque en teoría siempre he usado la misma variedad. ¿Tendrá que ver con la alineación de los planetas en una galaxia lejana? No importa, porque pase lo que pase, crujiente o no, jamás dejaré de preparar este plato. ¡Larga vida al boniato!





      11 de noviembre de 2014

      TENTACIONES DE CHOCOLATE



      Mudarse a otro continente hace que cambien muchos de tus hábitos relacionados con la comida. Puedes ver cosas que no olvidarás jamás, como tabletas de chocolate con bacon ahumado en la zona gourmet del supermercado mientras te es casi imposible encontrar algo tan simple como unas gambas con cabeza en la zona de congelados.

      Existen muchas diferencias, como por ejemplo, en el pan, la corteza blanda se asocia con la frescura de un pan recién horneado, la gente disfruta mezclando lo dulce con lo salado en cualquier comida (tortitas con bacon y sirope de arce para desayunar o galletas con caramelo y sal) y se toman muy en serio el punto de cocción de las verduras (según una leyenda urbana que me acabo de inventar pueden darte una paliza si cocinas unas judías verdes más de la cuenta). 

      La verdad es que al principio me llamó mucho la atención el tipo de galletas que gustan por aquí. Por lo visto, para los americanos, las galletas no tienen porque ser crujientes. Aunque existen galletas crujientes, estilo shortbread, o icebox (se enfría la masa en el frigorífico antes de cortarlas, como en esta receta), se encuentran con mucha frecuencia (demasiada para mi gusto) galletas "suaves" y/o con una textura chiclosa o "chewy", como dicen por aquí. 
      Sé que puede parecer una tontería, pero acostumbrada a las galletas "normales" que compraba en España, este simple detalle hizo que me replanteara qué es lo normal en la gastronomía de un país y demás teorías sobre el sentido de nuestra existencia. 





      Pues bien, esta receta que llevo haciendo desde hace años cuando todavía vivía en Málaga, es un delicioso ejemplo de la mezcla entre un brownie y una galleta, ni blandas ni crujientes. Y que conste que el que avisa no es traidor. Estas galletas son un peligro: densas, atiborradas de chocolate y totalmente adictivas...tan buenas que te olvidarás de... ¿de qué estaba yo hablando?


      Nivel de dificultad: fácil
      Tiempo de preparación: 20 minutos como máximo
      Tiempo de horneado: 15 minutos




      Ingredientes

      365g de chocolate negro divido en 3 partes: 225g, 85g y 55g
      90g (6 cucharadas) de mantequilla sin sal
      2 huevos
      150g de azúcar moreno
      225g de harina
      1/4 de cucharadita de levadura de repostería (polvos de hornear)
      1 pizca de sal
      50g de avellanas picadas gruesas
      40g de chocolate blanco





      Preparación

      1   Precalentar el horno a 180ºC (350º F) y forrar con papel de hornear una bandeja grande o dos pequeñas.

      2   Derretir en el microondas 225g del chocolate con la mantequilla. Es importante sacar el chocolate antes de que este completamente derretido para evitar que se nos queme. Removemos la mezcla con una espátula de silicona hasta conseguir una crema homogénea. Dejar templar.

      3   En otro cuenco, batir los huevos con el azúcar hasta conseguir una mezcla esponjosa. Añadir la crema de chocolate y mantequilla (no debe estar caliente) y mezclar bien.

      4   En un cuenco aparte, mezclar la harina con la levadura y la sal. Trocear 85g del chocolate negro.

      5  Añadir a la crema de huevos el chocolate troceado y las avellanas picadas y mezclar bien. Tamizar la harina por encima y remover con la espátula hasta que no queden restos de harina seca.







      6   Colocar cucharadas de la masa en la bandeja para el horno dejando algo de espacio entre ellas. Hornear unos 12-15 minutos* (el tiempo puede variar según el tipo de horno) por tandas hasta terminar la masa. Dejar enfriar en una rejilla.

      7   Una vez las galletas estén frías, derretir en el microondas (a intervalos de 30 segundos como máximo) los 55g restantes del chocolate negro y los 40 g de chocolate blanco por separado. Puedes improvisar unas mini-mangas pasteleras con un par de bolsas pequeñas tipo zip, cortando una de las puntas para que quede una boquilla muy pequeña. Decorar las galletas con los dos tipos de chocolate y dejar enfriar.

       *He descubierto que estas galletas quedan mucho más jugosas si las sacas a los 12 minutos. Puede parecer que estan crudas por el centro, pero no es así. Solo tienes que dejarlas enfriar en la misma bandeja hasta que el chocolate de su interior se solidifique.
       

      Consejos

      • Como siempre digo, intenta usar un chocolate de calidad,  notarás la diferencia en los resultados.
      •  Puedes aromatizar las galletas usando unas gotas de extracto de vainilla o almendra.
      •  Consérvalas en una lata u otro tipo de recipiente hermético a temperatura ambiente.
      • Echa un ojo a partir del minuto 10 de horneado, no deben quedar ni duras ni crudas por dentro. 
      • Compártelas, aunque esto es opcional...



      Receta adaptada del libro Muffins y otros pastelitos de la editorial Parragon

      28 de octubre de 2014

      TARTA RÚSTICA DE QUESO Y CALABAZA



      Esta tarta salada, conocida como galette por estas tierras, es fruto de un despiste.




      Cuando te falta el único ingrediente que necesitas para la receta que tienes planeada y ves como se te va el tiempo y la luz en el único día libre de la semana para dedicarle al blog. Te enfadas muuuucho, te lo puedo asegurar.

      Salir a comprar quedaba totalmente descartado (tic-tac, la luz se va), mientras recorría mi salón-cocina (estos americanos...) refunfuñando y dándole vueltas a los ingredientes que tenía a mano: dos remolachas, lechugas mustias que no había tenido tiempo de gastar, manzanas (¿otra vez?), calabaza, ricotta... quesos en general. Sinceramente, buscar recetas a toda velocidad y estresarme no es la mejor forma de pasar mi día libre, pero así soy yo, siempre dispuesta a agobiarme con cualquier cosa.

      Hasta que me paré en seco y visualicé (mentalmente, que todavía no llego a tener alucinaciones con la comida) esta galette, esta tarta rústica: una base hojaldrada rellena de queso suave, cubierta de calabaza asada con miel.

      Afortunadamente, esta receta ha cumplido mis expectativas tras haberla probado recién salida del horno, templada y completamente fría. Es más, creo que tendré que replantearme las ventajas/desventajas de mi caos a la hora de cocinar...




      Nivel de dificultad: medio-bajo
      Tiempo de preparación: 45 minutos como máximo
      Tiempo de horneado: 35 minutos aproximadamente 






      Ingredientes



      Para la masa

      160g de harina
      1/4 de cucharadita de sal
      115g de mantequilla muy fría cortada en cuadraditos
      60g de yogur griego sin azúcar o crema ácida (sour cream)
      2 cucharaditas de vinagre de vino blanco o zumo de limón
      60 ml de agua helada


      Para el relleno

      350g de calabaza lista para asar
      1 o 2 cucharadas de miel
      1 cucharada de aceite de oliva

      250g de queso ricotta o requesón
      50g de queso parmesano, grana padano o cualquier otro queso curado de calidad) finamente rallado
      1 huevo 
      Sal y pimienta negra recién molida 
      1 cucharada más de miel para el acabado





      Preparación



      1   Precalentar el horno a 200ºC (unos 400º F)y preparar una superficie limpia para hacer la masa. 

      Como ya os he contado en entradas anteriores, yo suelo usar el accesorio picador de la batidora para este paso, de esa forma la mantequilla se mezcla con la harina sin derretirse y se consigue una textura hojaldrada. Procesamos la mantequilla con una parte de la harina hasta conseguir trozos del tamaño de un guisante. También puedes usar un pastry blender o desmenuzar la mantequilla (recuerda que debe estar muy fría) con tus manos, trabajando rápido para que no se derrita mucho. A continuación, añadimos el resto de la harina a la mantequilla. 

      En otro cuenco, mezclamos el resto de ingredientes: yogur, agua, vinagre y sal. Añadimos la parte líquida a la seca y mezclamos sin amasar demasiado. Hacemos una bola con la masa, la aplastamos un poco, la envolvemos con film transparente y la metemos en el frigorífico durante una media hora.

      Mientras tanto, preparamos la calabaza.





      2   Yo he utilizado un tipo de calabaza que se come con la piel, la delicata squash, por lo que solo he tenido que vaciarla y cortarla en rodajas. Se puede usar el tipo de calabaza que más te guste, solo tienes que quitarle las semillas, pelarla y trocearla.




      Colocamos la calabaza en una bandeja para hornear, añadimos la sal, el aceite y la miel y removemos bien. Asamos la calabaza hasta que esté blanda, durante unos 25 minutos. Es aconsejable mover la calabaza con una espátula a la mitad de la cocción para que se hornee bien por todas partes.




      3   Preparamos el relleno: mezclamos la ricotta o requesón con el huevo batido, una pizca de sal y el parmesano.




      4   Con ayuda de un rodillo de cocina (si no tienes rodillo puedes usar una botella de vino) y un poco de harina, estiramos la masa hasta que tenga un diámetro de unos 35 centímetros. Colocamos la masa sobre un papel de hornear. 





      5  Vertemos la mezcla de quesos en el centro de la masa y la extendemos, procurando dejar un margen de unos 7 centímetros (no tiene que quedar perfecto) en el borde. A continuación, colocamos la calabaza por encima y doblamos los bordes hacia adentro. Añadimos pimienta negra al gusto y un poco más de miel. 






      6   Horneamos durante unos 35 minutos a 200ºC  (unos 400º) con calor arriba y abajo.





       Consejos


      • Añade un poco de salvia picada a la mezcla de quesos si quieres un toque más aromático.

      • Si quieres conseguir un resultado más suave y dulce, no añadas queso parmesano. 

      • Usa tu imaginación y juega con los ingredientes que tengas a mano: tomates confitados a fuego lento, calabacín, espinacas salteadas...las combinaciones son infinitas.

      • Si estas en modo flojeras, márcate tu versión con masa quebrada u hojaldre de supermercado. Aunque sigo diciendo que como la hecha en casa...









      Receta para la masa tomada de smitten kitchen.

      8 de octubre de 2014

      BIZCOCHO DE MANZANA (RECETA AMERICANA)


      Como buena andaluza, soy exagerada. Puedo llegar a afirmar públicamente que cualquier postre hecho con manzana tiene que estar bueno. No importa que sea una tarta, pastel, bizcocho, gratín, mousse, crema... ¡me da igual! 

      Para mi éste es un básico atemporal: un postre sencillo, rico y conocido entre la gran mayoría de los mortales. 







      Además, ya estamos en otoño. En mi caso, otoño en el estado de NY, el mejor momento y el mejor lugar para meternos de lleno en el tema manzana. Tengo que reconocer que me pierdo un poco con tanta variedad, aunque para comer crudas voy a lo seguro y compro  Honeycrisp: jugosas, crujientes y tan deliciosas que hasta han convertido en seguidor al Dr. Marido. 

      Para esta receta he usado la variedad Ginger Gold, de sabor ligeramente dulce, con un punto ácido y  la verdad es que ha salido genial, aunque ya sabes, puedes usar unas manzanas ácidas o las que tengas a mano para hacer esta receta.


      Tiempo de preparación: 30-40 minutos con muy poco trabajo + 1 hora aprox. de horneado.
      Nivel de dificultad: Fácil. 
      Utensilios que necesitas: Molde de 24 cm de diámetro, unos cuencos, coladores, un pincel de cocina y algo para hacer puré la manzana.


      Ingredientes


      3 manzanas grandes (unos 750g)
      un trozo de corteza de limón
      115g de mantequilla a temperatura ambiente 
      275 harina de repostería
      175-200g de azúcar 
      1 huevo grande
      2 cucharaditas de levadura de repostería (polvos de hornear)
      1 cucharadita de canela en polvo
      1/4 de cucharadita de nuez moscada
      una pizca de clavo molido
      1/4 de cucharadita de sal

      Para el acabado

      2 manzanas
      Mermelada de melocotón



      Preparación


      1   Precalentamos el horno a 180ºC (350º F) y engrasamos un molde desmontable de 24 cm de diámetro.


      2   Pelamos las tres manzanas (o la cantidad que necesites para conseguir 750g), les quitamos el corazón y las troceamos. Ponemos un chorrito de agua (unos 60ml) a hervir en un cazo mediano junto con la cáscara de limón y añadimos las manzanas troceadas. Cocinamos las manzanas tapadas hasta que empiecen a ablandarse y las terminamos de hacer destapadas, hasta que estén hechas puré y no quede nada del agua que añadimos. Esperamos a que se templen un poco, quitamos el trozo de piel de limón y las hacemos puré con una batidora, procesadora u otro utensilo que te sirva para este propósito. Dejamos enfriar en un cuenco o plato.




       

      3   Mientras el puré de manzanas se enfría, batimos (a mano o con una máquina de varillas) la mantequilla con el azúcar en un cuenco mediano. Cuando la mezcla esté esponjosa, añadimos el huevo y batimos dos minutos más. A continuación, añadimos el puré de manzana frío o templado (no debe de estar caliente) y batimos de nuevo hasta conseguir una mezcla homogénea.


      4   En un cuenco aparte, mezclamos la harina con el resto de los ingredientes secos: sal, especias y levadura. Con ayuda de un tamizador o un colador, añadimos la mezcla seca a la crema de manzanas y removemos lo justo hasta que no queden apenas restos de harina seca. Vuelvo a repetir: este paso es muy importante. Si batimos más de la cuenta, conseguiremos que el bizcocho quede duro. Es mejor unos grumitos de más que conseguir un ladrillo bien homogéneo una vez salido del horno. Vertemos la masa en el molde que hemos engrasado anteriormente.


      5  Pelamos las otras dos manzanas, las descorazonamos, las cortamos en láminas y las colocamos en modo decorativo hundiéndolas ligeramente en la masa del bizcocho. Horneamos a 180ºC durante una hora aproximadamente o hasta que hagamos la prueba del palillo y nos salga sin restos de masa.






      6   Una vez esté el bizcocho fuera del horno, calentamos unas cucharadas de mermelada de albaricoque, las pasamos por un colador o tamiz para eliminar los grumos y pintamos la superficie del bizcocho. Dejamos enfriar y servimos.








      Consejos

      • Este bizcocho aguanta como un campeón el paso de los días, en el caso hipotético de que quede algún trozo, claro.

      • Puedes hacer el puré de manzana con antelación y así tener el bizcocho listo en un pis pas.

      • Las manzanas más recomendables para este tipo de postres son las del tipo Granny Smith, Reineta o Golden, aunque no pasa nada si usas las que tengas a mano.

      • Si tienes cualquier duda, pregunta en los comentarios









       Receta adptada de Gourmet's America de Condé Nast Books

      28 de septiembre de 2014

      SOPA ESPECIADA DE PIMIENTO ROJO



      Qué rápido ha pasado el verano, cuántas cosas: comenzar un nuevo trabajo, visitas familiares y demás cosas que no me han dejado mucho tiempo para dedicarle al blog.

      Pero todo vuelve a la normalidad y esa normalidad por estos lares se llama frío. Oh, si...el frío de Invernalia. Esta bajada de temperaturas ha hecho que escoja una sopa como primera receta de otoño del 2014.
       






      Que conste que este plato me gusta no solo por su sabor sino por su capacidad de levantarme el ánimo. No sé que tendrá el picante, pero la capsaicina me ayuda a combatir la apatía típica de comienzos de semana. De todas formas si sois anti-picante, no le pongáis nada de cayena. Ya veréis como también os gusta.



      Nivel de dificultad: Fácil
      Tiempo de preparación: 40 minutos con muy poco trabajo.



      Ingredientes

      350g de pimiento rojo troceado
      2 dientes de ajo
      1 cebolla pequeña (100g) picada
      3 cucharadas de aceite de oliva
      1 patata mediana pelada y troceada (unos 250g)
      1 batata mediana pelada y troceada (unos 250g)
      6 tazas (un poco menos de 1.5 litros) de agua o caldo de verduras
      1 cucharadita de comino molido
      cayena molida al gusto
      Sal y pimienta negra recién molida



       Preparación


      1    Calentamos el aceite de oliva en una olla mediana. Añadimos la cebolla, el ajo y un poco de sal. Cocinamos a fuego medio durante unos 10 minutos, hasta que la cebolla este transparente y haya comenzado a dorarse.

      2   Añadimos el pimiento rojo y rehogamos durante unos 5 minutos. A continuación añadimos el resto de los ingredientes, tapamos la olla y esperamos a que hierva. Cocinamos durante unos 20 minutos o hasta que la patata la batata estén hechas.

      3  Trituramos con una batidora, probamos el punto de sal y cayena
       y servimos.




       Consejos

      • Puedes añadir menos cantidad de caldo de verduras o agua para conseguir una textura tipo crema.
      • Se conserva varios días en el frigorífico.
      • No se si se puede congelar, ya me contareis los que lo intentéis.


      Receta adaptada de Vegetarian Times 

       

      10 de agosto de 2014

      BROWNIES DE MOCA



      En ciertas ocasiones, es bueno darse un homenaje y abandonarse al placer del chocolate.



      Estos brownies son una muestra del exceso y la decadencia de ciertos postres americanos: cargados de chocolate y con un punto de café muy agradable que acentúa aún más el sabor a chocolate... toda una delicia que podrás preparar en un rato sin complicarte la vida.

      ¿Qué más se puede pedir?


      Nivel de dificultad: fácil
      Tiempo de preparación: 20 minutos + 20 minutos de horneado


      Ingredientes


      200g de chocolate de buena calidad (yo he usado Lindt 70% de cacao)
      220g de mantequilla sin sal
      200g de azúcar
      4 huevos grandes
      5 cucharaditas de café instantáneo en polvo
      100g de harina
      1 y 1/2 cucharaditas de levadura de repostería (polvos de hornear)
      1/4 de cucharadita de sal 
      1/4 cucharadita de extracto natural de vainilla (opcional)

      Para el acabado 

      150g de chocolate de cobertura  (55% de cacao)






      Preparación


      1  Precalentar el horno a 180ºC (350º F). Engrasar un molde rectangular de 22 x 35 centímetros (debe tener como mínimo 3 centímetros de profundidad) y forrarlo con papel de hornear.

      2   Fundir la mantequilla con los 200g de chocolate en el microondas o al baño maría. Yo prefiero hacerlo en el microondas a intervalos de 30 segundos y removiendo de vez en cuando para asegurarme de que el chocolate no se queme. Dejo de calentarlo cuando aún quedan trozos sin derretir porque se termina de fundir con el calor residual. Dejar reposar unos 5 minutos, mientras preparamos el resto de ingredientes.

      3  En un cuenco mediano, batir los huevos con el azúcar, los polvos de café instantáneo y el extracto de vainilla durante dos minutos (este paso es pan comido si tienes una máquina eléctrica de varillas) hasta que la mezcla esté espumosa. 

      4   En un cuenco pequeño, mezclar la harina, la sal y la levadura de repostería con unas varillas.

      5   Añadir el chocolate y mantequilla derretidos a la crema de huevos y batir con las varillas hasta conseguir una mezcla homogénea. Tamizar la harina con un colador por encima de esta mezcla y remover con unas varillas o espátula hasta que mezcla no tenga muchos grumos. A la hora de incorporar la harina es mejor que queden algunos grumos a que removamos en exceso. Si batimos la mezcla más de la cuenta conseguiremos unos brownies duros en vez de tiernos y esponjosos.

      6  Verter la masa en el molde y repartirla bien. En un cuenco limpio, derretir los 150g de chocolate de cobertura en el microondas a intervalos de 30 segundos. Una vez tengamos el chocolate derretido, lo vertemos en una bolsa de plástico para bocadillos, cortamos un extremo a modo de boquilla y decoramos la superficie de la masa del brownie como más nos guste.

      Hornear durante unos 20-25 minutos, calor arriba y abajo. Hacer la prueba del palillo a los 20 minutos para ver si no esta muy crudo. Tiene que estar algo pegajoso por el centro. 
        






       Consejos

      • No hace falta que el brownie se termine de enfriar para hincarle el diente. Se puede tomar tibio, acompañado de un buen helado. Ya me contaréis que os parece.

      • Cuando en los ingredientes escribo mantequilla, quiero decir mantequilla de verdad, no margarina ni otro tipo de grasa sólida. Recordad que la calidad de este ingrediente así como la del chocolate juegan un papel muy importante en el resultado final de este postre.
       
      • El tiempo de horneado es clave en un buen brownie. Debe estar hecho pero un poco crudo en la parte del centro de la bandeja. Recordad que un brownie no es un bizcocho, debe quedar algo denso y jugoso.

      • ¿Chocolate de cobertura antes de hornear? Pues sí, en la receta original, Michael Natkin explica que al añadir pepitas de chocolate por la superficie, estas se derriten durante el horneado, dejando lujuriosos surcos de chocolate por la superficie del brownie. A mi esto no me ha ocurrido nunca, ni siquiera usando chocolate de cobertura troceado. Así que mi solución ha sido derretir el chocolate y hacer estos molones surcos yo misma. De todas formas, nada te impide hornear el brownie tal cual y añadir el chocolate después.

      •  Para hacer estos brownies estilo Capuchino, cambia el chocolate negro de cobertura por chocolate blanco y decora el brownie una vez horneado. Recuerda que el chocolate blanco se quema con mucha facilidad, así que derrítelo al baño maría o muy poco a poco en el microondas.
       



      13 de julio de 2014

      EXPERIMENTO DE PAN SEMI-INTEGRAL



      Puede parecer mentira, pero en estas tierras del norte del estado de Nueva York hace calor por estas fechas. No llega a ser un calor constante, pero cuando pega, pega de verdad. 

      Todos los que hacemos pan, sabemos que los calores excesivos no nos benefician en absoluto: las fermentaciones se nos diaparan, los tiempos se acortan y si usas masa madre (fermento natural), como suele ser mi caso, la cosa se complica para contolar la acidez. 

      Por eso he decidido dar un respiro a mi masa madre y a mi misma y adentrarme en los (aparentemente) plácidos terrenos del prefermento. Mi idea es conseguir un pan con sabor, pero con una textura ligera y esponjosa. Esto es lo que he conseguido.





      Tengo que admitir que estoy muy contenta con el resultado: corteza fina y crujiente, miga esponjosa y un gran sabor a cereales gracias al prefermento y a los diferentes tipos de harinas.




      Nivel de dificultad: medio
      Tiempo de preparación: Una mañana o una tarde de retiro espiritual



      Paso 1   Elaboración del Prefermento

      No te asustes si no has oido este palabro antes, un prefermento no es otra cosa que una "base" para conseguir un pan con mas sabor y mejor conservación. No tiene ningun misterio ni dificultad.


      Ingredientes para el Prefermento

      180g de harina panadera (yo he usado la "all purpose" de King Arthur Flour)
      110g de agua a temperatura ambiente (añade agua templada si haces este pan en invierno)
      1g de levadura de panadero seca (liofilizada) o 3g de levadura de panadero fresca.


      Mezclamos todos los ingredientes en un cuenco y amasamos ligeramente en una superficie limpia, hasta formar una masa homogenea y sin grumos. Este proceso no nos llevará más de 5 minutos.

      A mi me gusta preparar el prefermento la noche anterior para empezar a hacer el pan por la mañana. En este caso, dejamos reposar el prefermento en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante unas dos horas y lo metemos en el frigorífico durante toda la noche. Si vas a hacer el pan por la tarde, puedes preparar el prefermento por la mañana y dejarlo a temperatura ambiente hasta que comiences a hacer el pan.

        

      Paso 2   Comenzamos a hacer el pan


      Ingredientes

      Todo el prefermento, 290g
      120g de harina panadera 
      150g de sémola de trigo duro
      70g de harina de centeno integral
      60g de harina de trigo integral
      260g de agua a temperatura ambiente
      3g de levadura de panadero seca (liofilizada) o 9g de levadura de panadero fresca
      12g de sal fina 


      • Mezclamos las harinas con el agua (reserva un poco de agua hasta ver que se absorbe bien, cada harina es diferente) dentro de un cuenco grande. Añadimos el prefermento a trozos y mezclamos bien. No añadimos ni la levadura ni la sal. Trasladamos la masa a una superficie limpia y amasamos hasta que todos los ingredientes esten bien incorporados. Formamos una bola, la metemos dentro de un cuenco untado con un poco de aceite y la dejamos reposar tapada durante 30 minutos.

      • Una vez hayan transcurrido los 30 minutos, nuestra masa estará relajada y lista para el amasado. Amasamos durante 2-3 minutos, con suavidad y procurando no romper la masa. En el minuto 3 de este vídeo puedes ver un ejemplo de amasado. Cubrimos la masa con el cuenco y la dejamos reposar unos 10-15 minutos. Repetimos este proceso 3 veces.
        
      • A continuación añadimos la sal. A mi me gusta estirar la masa y repartir la sal por la superficie, procurando incrustarla bien para que no se quede en la encimera. Amasamos otros 2-3 minutos. Reposamos de nuevo otros 15 minutos.

      •  Por último, añadimos los 3g de levadura de panadería liofilizada igual que hicimos con la sal y amasamos otros 3 minutos. Hacemos una bola y la dejamos reposar en un cuenco embadurnado con aceite. Dejamos reposar la masa durante 30 minutos a unos 26-28º C. Si tu casa esta muy fría o haces este pan en invierno, puedes colocar el cuenco con la masa dentro del horno apagado junto con un recipiente con agua caliente. Esto ayudará a la fermentación. Si haces el pan en verano, lo más probable es que no necesites ayuda extra para la fermentación. Una vez hayan transcurrido los 30 minutos, hacemos un pliegue a la masa. Con las manos mojadas doblamos la masa de la misma forma que plegamos un papel para introducirlo en un sobre: agarramos un tercio de la masa y lo plegamos por encima y repetimos el proceso con el lado opuesto. Finalmente, plegamos la masa sobre sí misma.Este paso nos va a ayudar a conseguir una buena miga.
        Cubrimos el cuenco de nuevo y dejamos reposar la masa otros 30 minutos.

         Paso 3   Damos forma al pan

      • Podemos dar forma de torpedo o de hogaza redonda, dependiendo del recipiente que vayas a usar para hornear el pan o de la forma que más te guste. Para dar forma de torpedo u hogaza alargada, preparamos una superficie limpia con un poco de harina o sémola. Retiramos la masa del cuenco y la colocamos boca arriba (con la parte fea mirando hacia arriba) sobre la superficie de trabajo. Doblamos los dos extremos superiores e inferiores, sellando bien, hasta conseguir que la masa parezca una especie de rombo. 




      A continuación, llevamos el extremo superior del pan hacia el centro y lo sellamos. Repetimos el proceso con extremo inferior.



       Doblamos el pan sobre sí mismo. La idea es sellar la masa para retener todo el gas de la fermentación. Lo rodamos un poco por la encimera para asegurarnos de que no se abra. En este vídeo podéis ver un ejemplo de cómo formar este tipo de hogaza alargada (también conocida como torpedo o batard).



      • Colocamos el pan con el cierre mirando hacia arriba sobre un trapo limpio espolvoreado generosamente con harina o sémola y lo dejamos reposar dentro de una cesta de pan u otro recipiente que mantenga su forma hasta que aumente de volumen. Para todos los que hacemos pan, este es uno de los momentos más difíciles de describir. Queremos que el pan nos quede esponjoso y queremos que se abra bien en el horno. La dificultad reside en encontrar el término medio para no sobrefermentar el pan con sus negativas consecuencias (se nos puede venir abajo en el horno, la corteza puede acabar con un color pálido etc) y no fermentar el pan demasiado poco tiempo y conseguir el típico ladrillo que todos hemos hecho alguna vez. En esta ocasión, mi masa ha fermentado muy rápidamente, solo he necesitado 30 minutos, mientras calentaba la cazuela en el horno. Sin embargo, otros días he tenido que esperar más de una hora. Esta es la magia del pan, cada día es diferente.



      Paso 4   Horneamos el pan

       
      •  Si no cuentas con una cazuela de barro, Pyrex con tapadera o una olla de hierro tipo cocotte apta para el horno, también puedes hacer este pan. Sea cual sea el método de horneado, clienta el horno 250ºC (490 F aproximadamente), calor arriba y abajo. Si tienes una piedra para hornear, caliéntala durante una hora como mínimo. Si no tienes una piedra de hornear, pero sí una bandeja gruesa, caliéntala dentro del horno. Si tu bandeja es bastante fina, no es necesario que esté caliente

      • Para hornear nuestro pan vamos a necesitar generar mucho vapor durante los primeros minutos. De esta forma conseguiremos una corteza crujiente de color caramelo (la ventaja de usar un recipiente con tapadera para hacer el pan es que nos ahorramos el paso de generar vapor en el horno). Yo utilizo una bandeja vieja llena de bolas de cerámica (esas que venden para repostería) colocada en la base del horno. Precaliento el horno con la bandeja dentro y cuendo meto el pan, añado un vaso de agua caliente a la bandeja.


      • Si vas a usar una cazuela de barro o una olla de hierro apta para el horno, asegúrate de que esté bien caliente cuando vayas a meter el pan. Con el Pyrex no es necesario.

      •  Utiliza una tabla de cocina con un trozo de papel de hornear encima para sacar la masa  del cesto de fermantación. Solo la tienes que colocar boca abajo sobre el cuenco, volcar el cuenco y listo. 

      • Justo antes de meter el pan en el horno, hacemos un corte con un cuchillo bien afilado o lamé (yo tengo una cuchilla de afeitar exclusivamente para el pan) para facilitar su expansión durante el horneado. Al hacer el corte podemos comprobar como ha ido nuestra fermentación.




      •  Metemos el pan en la cazuela con el papel de hornear debajo, tapamos y horneamos 20 minutos. Si no tienes olla a para horno, coloca el pan con el papel para horno debajo en una bandeja y genera vapor añadiendo el agua en la otra bandeja que has preparado en la base del horno. En ambos casos bajamos la temperatura a 230ºC. Puedes atrevertete a apagar el horno durante los 10 primeros minutos al generar vapor (no lo abras para que la temperatura no baje), para que el pan se abra más fácilmente. 

      • Destapamos la olla a los 20 minutos y horneamos 30 minutos más. Si has generado vapor dentro del horno, abre la puerta y retira la bandeja a los 10-15 minutos. Sigue horneando durante 35-40 minutos más hasta que el pan esté hecho. Debe sonar hueco al golpear su base.

      • Dejamos enfriar en una rejilla alejada de corrientes de aire.




      Consejos


      • Las harinas necesarias hacer este pan así como la levadura de panadería se pueden encontrar en muchos supermercados y grandes superficies. La harina de repostería o de freír no sirve para hacer este pan. Tampoco sirve la levadura de repostería (polvos de hornear).
        
      • Hay una infinidad de técnicas para generar vapor en el horno. Si os interesa el tema podéis echar un vistazo aquí.  

      • Si teneis alguna duda, os la intentaré resolver en los comentarios.


         
      Corteza más gruesa de la cuenta debido a un horneado largo