Esta tarta salada, conocida como galette por estas tierras, es fruto de un despiste.
Cuando te falta el único ingrediente que necesitas para la receta que tienes planeada y ves como se te va el tiempo y la luz en el único día libre de la semana para dedicarle al blog. Te enfadas muuuucho, te lo puedo asegurar.
Salir a comprar quedaba totalmente descartado (tic-tac, la luz se va), mientras recorría mi salón-cocina (estos americanos...) refunfuñando y dándole vueltas a los ingredientes que tenía a mano: dos remolachas, lechugas mustias que no había tenido tiempo de gastar, manzanas (¿otra vez?), calabaza, ricotta... quesos en general. Sinceramente, buscar recetas a toda velocidad y estresarme no es la mejor forma de pasar mi día libre, pero así soy yo, siempre dispuesta a agobiarme con cualquier cosa.
Hasta que me paré en seco y visualicé (mentalmente, que todavía no llego a tener alucinaciones con la comida) esta galette, esta tarta rústica: una base hojaldrada rellena de queso suave, cubierta de calabaza asada con miel.
Afortunadamente, esta receta ha cumplido mis expectativas tras haberla probado recién salida del horno, templada y completamente fría. Es más, creo que tendré que replantearme las ventajas/desventajas de mi caos a la hora de cocinar...
Nivel de dificultad: medio-bajo
Tiempo de preparación: 45 minutos como máximo
Tiempo de horneado: 35 minutos aproximadamente
Ingredientes
Para la masa
160g de harina
1/4 de cucharadita de sal
115g de mantequilla muy fría cortada en cuadraditos
60g de yogur griego sin azúcar o crema ácida (sour cream)
2 cucharaditas de vinagre de vino blanco o zumo de limón
60 ml de agua helada
Para el relleno
350g de calabaza lista para asar
1 o 2 cucharadas de miel
1 cucharada de aceite de oliva
250g de queso ricotta o requesón
50g de queso parmesano, grana padano o cualquier otro queso curado de calidad) finamente rallado
1 huevo
Sal y pimienta negra recién molida
1 cucharada más de miel para el acabado
Preparación
Como ya os he contado en entradas anteriores, yo suelo usar el accesorio picador de la batidora para este paso, de esa forma la mantequilla se mezcla con la harina sin derretirse y se consigue una textura hojaldrada. Procesamos la mantequilla con una parte de la harina hasta conseguir trozos del tamaño de un guisante. También puedes usar un pastry blender o desmenuzar la mantequilla (recuerda que debe estar muy fría) con tus manos, trabajando rápido para que no se derrita mucho. A continuación, añadimos el resto de la harina a la mantequilla.
En otro cuenco, mezclamos el resto de ingredientes: yogur, agua, vinagre y sal. Añadimos la parte líquida a la seca y mezclamos sin amasar demasiado. Hacemos una bola con la masa, la aplastamos un poco, la envolvemos con film transparente y la metemos en el frigorífico durante una media hora.
Mientras tanto, preparamos la calabaza.
2 Yo he utilizado un tipo de calabaza que se come con la piel, la delicata squash, por lo que solo he tenido que vaciarla y cortarla en rodajas. Se puede usar el tipo de calabaza que más te guste, solo tienes que quitarle las semillas, pelarla y trocearla.
Colocamos la calabaza en una bandeja para hornear, añadimos la sal, el aceite y la miel y removemos bien. Asamos la calabaza hasta que esté blanda, durante unos 25 minutos. Es aconsejable mover la calabaza con una espátula a la mitad de la cocción para que se hornee bien por todas partes.
3 Preparamos el relleno: mezclamos la ricotta o requesón con el huevo batido, una pizca de sal y el parmesano.
4 Con ayuda de un rodillo de cocina (si no tienes rodillo puedes usar una botella de vino) y un poco de harina, estiramos la masa hasta que tenga un diámetro de unos 35 centímetros. Colocamos la masa sobre un papel de hornear.
5 Vertemos la mezcla de quesos en el centro de la masa y la extendemos, procurando dejar un margen de unos 7 centímetros (no tiene que quedar perfecto) en el borde. A continuación, colocamos la calabaza por encima y doblamos los bordes hacia adentro. Añadimos pimienta negra al gusto y un poco más de miel.
6 Horneamos durante unos 35 minutos a 200ºC (unos 400º) con calor arriba y abajo.
Consejos
- Añade un poco de salvia picada a la mezcla de quesos si quieres un toque más aromático.
- Si quieres conseguir un resultado más suave y dulce, no añadas queso parmesano.
- Usa tu imaginación y juega con los ingredientes que tengas a mano: tomates confitados a fuego lento, calabacín, espinacas salteadas...las combinaciones son infinitas.
- Si estas en modo flojeras, márcate tu versión con masa quebrada u hojaldre de supermercado. Aunque sigo diciendo que como la hecha en casa...
Receta para la masa tomada de smitten kitchen.
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