30 de enero de 2014

VERDURAS CON LECHE DE COCO AL ESTILO TAILANDÉS


Ésta es una receta modificada a lo largo de los años y bastante españolizada. Lo que comenzó como un intento desesperado de reproducir platos típicos de la cocina Thai como el Tom yam goong, se convirtió en lo que veis. 





Salvando las diferencias con la verdadera comida tailandesa, tengo que confesar que este plato está muy bueno. Eso es lo principal y el motivo por el que quiero compartir esta receta con vosotros. 


Al igual que sucede con los Fideos chinos con verduras y gambas, esta receta admite infinidad de variaciones: calabaza o incluso patata en vez de boniato, coliflor, champiñones, calabacín, maíz... cualquier verdura que os guste. También podéis añadir algo de proteína, como unas gambas o un poco de tofu frito, para conseguir un plato más contundente. Para los carnívoros también se le puede añadir un poco de pollo ya cocinado en taquitos. Prueba, experimenta y verás qué bueno.


Nivel de dificultad: Fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos como máximo


 
Ingredientes para 2 personas

1 boniato (200g) cortado en dados
125g de brócoli cortado en ramilletes
100g de berenjena cortada en daditos
75g de pimiento rojo cortado a tiras no muy gruesas de unos 3 centímetros de largo
un par de cebolletas frescas pequeñas (10 gramos) cortadas en aros
240 mililitros de leche de coco
125 mililitros de agua o caldo
1 cucharada de aceite de sabor neutro (yo uso de girasol)
1 cucharadita de pasta de curry rojo estilo tailandés (o curry en polvo)
1 cucharadita de Sambal Oelek (opcional)
1/2 cucharadita de cúrcuma (no es necesaria si usas curry en polvo)
1 trocito de citronela o hierba limón (opcional) de unos 2 centímetros
sal 
Un puñado de anacardos o cacahuetes tostados.






Preparación

1    Colocar el boniato troceado con un chorrito de agua en un recipiente apto para microondas y cocinar tapado a máxima potencia durante unos 4 o 5 minutos, hasta que esté tierno. 


2    Mientras tanto, calentamos en una olla la cucharada de aceite a fuego medio-alto y rehogamos la berenjena y el pimiento durante 1 minuto. Añadimos el brócoli, la citronela, un poco de sal y rehogamos sin dejar de mover durante otros 2 minutos. 

  Añadimos la cebolleta, la leche de coco, el agua o caldo, el curry, la cúrcuma, el sambal u otro tipo de picante y removemos bien. A continuación, añadimos el boniato cocinado junto con el jugo. Si vamos a añadir algo de proteína al plato (gambas, tofu o pollo, por ejemplo), es el momento de hacerlo. Removemos con suavidad y rectificamos de sal. Una vez haya comenzado a hervir, bajamos el fuego y cocinamos a fuego medio con la olla tapada durante unos 5 minutos. Retirar y servir con los anacardos o cacahuetes troceados por encima.

  
Consejos

  • Acompañar este plato con arroz tipo basmati o jazmín. 

  • La leche de coco (se suele vender en lata) y demás ingredientes exóticos como el sambal oelek o la citronela se pueden encontrar en la sección de productos asiáticos que hay en las grandes superficies y en tiendas especializadas.

  •  Este plato funciona muy bien para tuper, aunque las verduras pierdan algo de textura. Sin embargo, no da buenos resultados al congelarlo. Se conserva varios días en el frigorífico sin problemas.






22 de enero de 2014

MAGDALENAS FÁCILES DE PLATANO Y CHOCOLATE



Este post va dedicado a todas esas almas descarriadas que en algún momento se han interesado en la repostería y que no se han lanzado a hacer sus primeros pinitos por falta de conocimientos o de utensilios de cocina. Se acabaron las excusas. 






Ésta receta, la básica para hacer el bizcocho de yogur, fue la que detonó mi locura por la cocina a la edad de 7 años. Recuerdo que aparecía en uno de mis libros del colegio y que la preparé con ayuda de mi madre. Como suele pasar con la memoria, los detalles de lo que fue mi primera experiencia pastelera se han desvanecido con el tiempo, dejando solo un recuerdo de felicidad.

Pues bien, para facilitaros las cosas, he decidido dar formato individual a este bizcocho y de esta forma no necesitaréis nada más que unos moldes de papel para magdalenas o muffins. Tampoco necesitaréis utensilios extraños, simplemente unas varillas, una espátula de silicona o una cuchara de madera, 1 cuenco grande + 2 pequeños y un colador para preparar esta receta. Ni siquiera os hará falta una báscula de cocina, ya que mediremos los ingredientes con el mismo vaso del yogur.

No me digáis que no os lo pongo fácil...

Nivel de dificultad: Fácil
Tiempo de preparación: Si tardas más de 20 minutos en la preparación es que te lo estás tomando con muuuucha calma. Unos 15 o 20 minutos de horneado.

Click here to see the English version.





Ingredientes (a mi me han salido 19 magdalenas)

1 plátano grande o 2 pequeños
1 yogur* (puede ser de sabores o natural con o sin azúcar), preferiblemente con sabor a plátano o natural.
3 huevos grandes
1 vaso de yogur lleno de aceite vegetal (yo uso de oliva)
1 vaso de yogur lleno de azúcar. Si te gustan los bizcochos muy dulces, añade un par de cucharadas más de azúcar
1 vaso de yogur lleno de pepitas de chocolate o de chocolate troceado
3 vasos de yogur llenos de harina sin prensar
1 cucharada de levadura de repostería (polvos de hornear o baking powder) o 1 sobre de levadura royal
sal
azúcar para espolvorear por encima de las magdalenas.  

*En España, los yogures suelen ser de 125 gramos. El que yo he utilizado es de 150 gramos. Al mantenerse las proporciones, no pasa absolutamente nada, solamente obtendréis un poco menos de masa si utilizáis el vasito de 125 gramos.




Preparación



1     Organizamos todo lo que nos va a hacer falta: los cuencos, las varillas, la cuchara o espátula, los moldes de papel, el colador y los ingredientes, la ropa de faena y nos lavamos las manos. Calentamos el horno a 190ºC (375º F).



2    Lo primero que vais a hacer es decidir si queréis unas magdalenas extra-esponjosas o no. 


Sí: colocamos dos cuencos en la superficie de trabajo y separamos las claras de las yemas. Depositamos la yemas en el cuenco más grande y las claras en otro cuenco suficientemente grande como para poder montar las claras en él. Guardamos el cuenco con las claras en el frigorífico. 

Uf, qué pereza: si os da igual que las magdalenas os salgan más densas y lo que queréis es preparar algo muy sencillo, cascáis los huevos en el cuenco más grande y listo.


3   Vaciamos el yogur en un recipiente aparte y rebañamos bien el envase con una espátula de silicona. Llenamos el vaso vacío del yogur con azúcar y añadimos esta cantidad (si queréis, un par de cucharadas más) a las yemas o a los huevos enteros, dependiendo de lo que hayáis decidido antes y lo batimos todo con la ayuda de las varillas hasta que el azúcar y los huevos se hayan mezclado bien, durante unos 2 minutos. Lo más probable es que la mezcla de azúcar y yemas quede muy densa y no la podáis mezclar con facilidad. No pasa nada, solo hay que batir un poco más durante el paso siguiente.





4   A continuación, llenamos el mismo vaso de yogur con aceite y lo añadimos a la crema de huevos y azúcar. Removemos con las varillas enérgicamente durante 1 minuto y añadimos el yogur. Removemos de nuevo durante 1 minuto.


5   Pelamos el plátano, lo cortamos en trozos muy pequeños y lo añadimos a la mezcla anterior. Añadimos las pepitas de chocolate y removemos bien.





6   Para los que hayáis decidido hacer unas magdalenas extra-esponjosas, es momento de sacar las claras del frigorífico. Lavamos muy bien las varillas con las que hemos estado mezclando los ingredientes y calentamos los músculos del brazo para montar las claras a punto de nieve. Me he cronometrado y tardo 2 minutos y 30 segundos en tenerlas listas y os aseguro que si yo puedo hacerlo, vosotros también. Recordad que hay que añadirle una pizca de sal a la mitad del proceso para que nos queden bien duras. Si tenéis una máquina eléctrica de varillas en casa, este paso se hace más rápido aún.


7   Medimos 3 vasos de harina sin prensar y los colocamos en un cuenco aparte. Añadimos la levadura de repostería a la harina y removemos bien. 


8   Si has separado las yemas de las claras, es el momento de añadir las claras a punto de nieve a la mezcla. Puedes echarlas de una vez o poco a poco, lo importante es que las mezcles con la espátula de silicona o con la cuchara de madera haciendo movimientos envolventes desde la base del cuenco hacia arriba, sin batir, hasta que estén incorporadas a la masa.


9   Con un colador, tamizamos mezcla de harina con levadura encima de la masa y mezclamos con rapidez, usando la espátula o cuchara. Es muy importante no batir más de la cuenta para que nos queden unas magdalenas suaves. Es mejor que se nos queden unos cuantos grumos a que trabajemos la masa más de la cuenta.


10  Si tienes una bandeja especial para muffins, coloca los moldes de papel dentro. Si no cuentas con esta bandeja, prepara los moldes de papel encima (muy recomendable que los pongáis dobles para que mantengan mejor la forma) de una bandeja para horno dejando espacio entre ellos.
Rellenamos los moldes hasta que falte un poco más de un dedo por debajo del borde y los colocamos encima de una bandeja de hornear dejando espacio entre ellos. 
Esparcimos un poco de azúcar por encima de cada magdalena si nos gusta que tengan una capa crujiente.




11  Bajamos la temperatura del horno a 180ºC (350º F) y horneamos las magdalenas por tandas entre unos 15 y 20 minutos. Os recuerdo que cada horno es diferente y que no todos los moldes para magdalenas son del mismo tamaño...así que id echando un ojo a partir del minuto 12. Para comprobar si están hechas, clavamos un palillo de diente en el centro de la magdalena. Si sale limpio (o sólo con restos de chocolate) están listas. 


Consejos



  • Las cantidades de chocolate y plátano son orientativas, yo las cambio constantemente dependiendo de si tengo más plátanos pochos de la cuenta o se me apetecen con más o menos chocolate.



  • Existen muchos moldes para magdalenas diferentes. Yo os he aconsejado los de papel porque son los más comunes, pero se pueden hacer en moldes de silicona o de aluminio. Éstos últimos aunque son un poco más caros que los de papel, están muy bien porque mantienen la forma perfectamente, suelen tener unos diseños muy monos y al no absorber aceite, quedan muy bonitos.



  • Realmente ésta es una receta de bizcocho, pero yo le he dado formato de magdalena. Soy consciente de que no es la mejor receta del mundo (bueno, el Dr. Marido opina lo contrario), pero creo que al ser tan fácil, más de uno se animará a ver que tal le sale. Espero que lo intentéis para sorprender a vuestros seres queridos y que echéis un buen rato preparándola.





15 de enero de 2014

PICOS Y REGAÑÁS


Bueno, en realidad esta entrada debería llamarse Diferentes usos para una máquina de hacer pasta... pero si no tenéis una, no os preocupéis, no es imprescindible para esta receta.





 
Como os conté en la entrada anterior, mi máquina para hacer pasta se vino conmigo tras mi última visita a España. Sé que es un poco raro cargar con un cachivache que pesa un montón en un viaje donde se ponen muy paranoicos en la aduana, pero si eres un poco psicopatilla con esto de la cocina lo entenderás. Ésta máquina para hacer pasta estaba justo donde dejé mis cosas de cocina, intacta y sola...pobrecita. Así que aquí está, feliz y sorprendida al haber sido usada por primera vez en más de dos años. 

Muchos de vosotros sabéis que soy una entusiasta del pan y de las masas en general, motivo por el que estoy constantemente investigando y probando diferentes recetas. Como orgulloso miembro de El Foro del Pan, intento realizar la receta del mes siempre que puedo y dado que este mes practicar con "Panes secos y grisines", he aprovechado la ocasión para aprender a hacer los picos de pan, tan añorados por la comunidad española que reside en el extranjero. 

En la web de Panarras (otro sitio genial para visitar si os gusta el tema del pan) encontré esta receta que aparte de ser muy buena está muy bien explicada. Me sorprendió el hecho de que el amasado de este tipo de pan, al igual que sucede con otro panes típicos del sur de España, fuera a golpe de rodillo, lo que me llevó a esta cadena de pensamiento:

Amasado a rodillo + problemas cervicales = mala idea

Espera un momento...

Maquina de hacer pasta = Amasado con rodillo sin esfuerzo

¡Así sí! ¡Por fin voy a aprender a hacer picos!


He modificado ligeramente la receta original añadiéndole 10g de sésamo negro y sustituyendo el aceite de oliva por pasta de sésamo (también conocida como Tahini o Tahina) para darle más sabor a frutos secos. 

¡Advertencia! La receta se puede hacer con harina normal y usando un rodillo (e incluso una botella de vino a modo de rodillo) en vez de una máquina de pasta, aceite de oliva en vez de tahini e incluir o no sésamo negro o del normal...así que no pongas más excusas sobre el equipamiento y los ingredientes y lánzate a preparar unos piquitos caseros que quitan el sentido.



Nivel de dificultad: Medio (no es difícil de preparar pero el amasado lleva su tiempo y su esfuerzo con el rodillo)
Tiempo de preparación: bastante, aunque debes recordar que hacer pan es un ejercicio para el alma...



Ingredientes

200g de la harina que prefieras (yo he usado 100g de harina panificable y 100g de sémola de trigo duro) 
90g de agua
20g de Tahini o pasta de sésamo (lo puedes sustituir por AOVE)
10g de sésamo negro
3,5g de sal
2g de levadura fresca de panadero (0,6g de levadura de panadero seca) 






Preparación


1   Mezclamos todos los ingredientes a la vez en un cuenco y removemos bien, hasta que no queden restos de harina seca. Amasamos ligeramente hasta que todos los ingredientes estén integrados. Dejamos reposar 5 minutos.



  Preparamos una superficie de trabajo limpia para comenzar con el amasado a rodillo. En mi caso, he preparado la máquina para hacer pasta en una superficie limpia, ajustando el grosor al nº1, el más grueso. 

Para llevar a cabo este proceso no utilizaremos ni harina ni aceite adicional. No es necesario ya que esta masa no se pega.

Amasado con rodillo: estirar la masa hasta que esté muy fina y plegarla en 3 igual que una carta. Girarla 90º y volver a estirar la masa con el rodillo hasta que obtengamos de nuevo una lámina fina. Repetimos el proceso de plegar, girar y estirar 10 veces. Descansamos 20 minutos (tapando la masa para que no se seque) y repetimos el proceso de plegar, girar y estirar otras 10 veces.

Amasado con máquina para hacer pasta: dividir la masa en dos porciones y aplastarlas ligeramente. Introducir una porción entre los rodillos de la máquina ajustados al mayor grosor. Doblar la masa en 3, igual que una carta y repetir el proceso, colocando la masa para estirarla en el sentido opuesto al que la hemos plegado. Repetir este proceso 10 veces con cada porción de masa y dejar reposar 20 minutos. Durante el reposo cubriremos la masa para que no se seque. Repetir el proceso de amasado y plegado 10 veces más.





Durante el proceso de amasado, ya sea a golpe de músculo y rodillo o usando la máquina para hacer pasta, podremos observar poco a poco, cómo vamos desarrollando el gluten y cómo la masa adquiere una apariencia mas lisa y se estira con más facilidad tras el reposo.


3   Dejaremos la masa reposando en un recipiente hermético o en un cuenco que cubriremos con film transparente.
Al haber utilizado poca levadura, necesitaremos unas 4 o 5 horas a temperatura ambiente para su correcta fermentación. Puede parecer mucho tiempo, pero de esta forma conseguiremos que nuestros picos y regañás tengan un sabor excepcional. 
Como dijo Stephan Sanders, dueño de la mejor panadería de esta zona, la Wide Awake Bakery : si mezclas zumo de uva con alcohol no obtienes vino... toda fermentación necesita su tiempo.  
Es más, si vas con un horario ajustado, puedes dejar esta masa reposando en el frigorífico hasta 24 horas. Sólo tienes que sacarla una hora o hasta que esté a temperatura ambiente antes de comenzar a dar forma a los picos y a las regañás. 
 

4   Tras este largo reposo la masa habrá doblado su volumen. La pasaremos por el rodillo por última vez hasta conseguir una lamina muy fina antes de comenzar a darle forma. Si usas la máquina para hacer pasta, reduce el grosor poco a poco hasta el nº 4 o hasta que consigas una lámina bastante fina.

Para dar forma a los picos: Ayudándonos de un cuchillo afilado o de un cortador de pizza, cortaremos la masa en cuadrados pequeños de no más de 3 centímetros de lado y la enrollaremos sobre sí misma en diagonal. A continuación, frotaremos la masa enrollada contra la superficie de trabajo con energía, para que el pico quede bien sellado y no se abra durante el horneado.


 

Para dar forma a las regañás: Obviamente, sólo tendrás que cortar las regañás del tamaño deseado. Tras el último reposo, tendrás que pincharlas varias veces con un tenedor antes del horneado para evitar que se conviertan en pequeños globos dentro del horno.

5   Una vez hayamos dado formas a nuestros picos y nuestras regañás, debemos dejarlos levar durante unos 45 minutos (en invierno, déjalos reposar en el sitio más cálido de la casa) para conseguir ese crujiente perfecto por dentro una vez se hayan horneado. Recordad que necesitan calorcito y humedad. En la web de Panarras aconsejan introducir un cuenco con agua hirviendo dentro del horno apagado y dejar la bandeja con los picos reposando dentro. Sea cual sea la técnica que escojáis, es importante cubrir los picos con film transparente pintado con aceite o con un paño húmedo para que no se sequen.


6   Precalienta el horno a 190ºC (375º F) durante unos 20 minutos. Una vez haya transcurrido este tiempo, hornea los picos unos 10 minutos (8 en mi caso) y baja la temperatura hasta los 170ºC (340º F). A mi me gusta meter un poco de vapor los primeros minutos del horneado. Existen una infinidad de técnicas para este menester, aunque para mí la más sencilla es utilizar un pulverizador con agua que uso exclusivamente para el pan. Pulverizo las paredes del horno al meter la bandeja de picos y repito el proceso cuando han transcurrido 3 minutos. El resto del horneado a 170ºC, va a ojímetro, por lo que deberás sacar los picos cuando estén de color dorado. Para las regañás, el proceso es más corto, unos 6 minutos a 190ºC y el resto a 170ºC, igual que con los picos.




Consejos


  • Si todavía no tienes una báscula de cocina, cómprate una. No son caras y duran una eternidad.

  • No te obsesiones con el tema de la harina. Para hacer esta receta utiliza la que tengas o mezcla varias... siempre manteniendo una proporción alta de harina de trigo, claro.

  • ¡Arriba esa creatividad! Usa otras especias o aceites para dar diferentes sabores y aromas. Si haces esta receta con niños (muy recomendable), crea diferentes formas y diviértete durante el proceso. Solo recuerda que el pan tiene que quedar doradito para que esté crujiente.

  • Pregunta cualquier duda que tengas en los comentarios.




9 de enero de 2014

CREMA DE CALABAZA AL CURRY



Las Navidades han llegado a su fin al igual que mi primera visita a España desde que llegué a esta zona de Estados Unidos a la que me gusta llamar Invernalia. Han sido unas semanas intensas, estresantes y maravillosas en compañía de la familia y amigos...menos mal que siempre nos quedará el Skype.

Bueno, mejor cambio de tema que me pongo muy sentimental y este año tengo que llevar a cabo muchos proyectos y probar muchas cosas nuevas en la cocina. Por lo pronto, me he traído algunos de mis libros de recetas favoritos (mis tessssorosss) y mi máquina para hacer pasta. Sí, ya sé que soy un poco psicopatilla con esto de la cocina, no lo puedo evitar.

Toca pasar página y volver a la realidad del día a día ¿y qué mejor forma de estrenar el año y calentarnos un poquito que con una cremita de verduras?
 





Para esta receta puedes usar el tipo de calabaza que más te guste o  incluso una mezcla de calabaza y boniato, que también queda genial. 

El puntito de curry le aporta un toque exótico y los picatostes hacen que sea un plato mas saciante, aunque si has decidido ponerte a dieta tras los atracones navideños, ya sabes que es mejor pasar de ellos.

Pues nada, aquí tenéis uno de mis platos favoritos para cenar en invierno acurrucada en el sofá. Espero que os guste.


Nivel de dificultad: Fácil
Tiempo de preparación: 30-40 minutos




Ingredientes para 2 raciones grades o 3 pequeñas:

500 g de calabaza
1/2 cebolla grande o 1 pequeña
1/2 cucharadita de curry en polvo
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
50 g de pan
700 ml de agua o caldo de verduras
sal y pimienta


Preparación

1   Picamos la cebolla en trozos regulares, ni muy grandes, ni muy pequeños. Calentamos las dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una olla a fuego medio y añadimos la cebolla junto con un poco de sal. Cocinamos la cebolla durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando hasta que esté dorada.

2   Mientras la cebolla se está haciendo, pelamos la calabaza, le quitamos las semillas y la cortamos en dados. Recordad que si cortáis la calabaza muy gruesa, tardará más tiempo en cocerse. 



3   Cuando la cebolla esté hecha, añadimos la calabaza troceada, subimos el fuego y la rehogamos unos 2 minutos sin dejar de remover. A continuación añadimos el agua o caldo y tapamos la olla. Cuando haya comenzado a hervir, bajamos el fuego y dejamos que la calabaza se cocine tapada durante 20 minutos a fuego medio. 

4   Mientras esperamos a que la calabaza se haga, cortamos el pan en dados y lo freímos en abundante aceite.

5   Cuando comprobemos que la calabaza está cocinada, retiramos la olla del fuego, añadimos el curry y salpimentamos. Esperamos unos minutos para que se enfríe un poco antes de pasar la crema por la batidora hasta conseguir una crema suave.

6   Podemos volver a calentar la crema o servirla diréctamente acompañada de los picatostes y un hilo de AOVE.


Consejos

  • No te pases añadiendo sal a la crema, recuerda que la calabaza siempre va a tener un toque dulzón.

  • El toque de curry de este plato es muy suave, así que si te gusta la comida bastante especiada, añade un poco más. 

  • Si eres un entusiasta del picante, prueba a sustituir el curry en polvo por curry rojo en pasta. Si no puedes encontrar pasta de curry rojo, añade un poco de cayena al curry en polvo. 

  • Si vas a hacer la crema en una olla rápida o cualquiér olla a presión, reduce la cantidad de agua a 550 ml.

  • A mí me gustan los picatostes muy crujientes y con poco aceite, así que los hago al horno: coloco los daditos de pan en una fuente pequeña, añado una cucharada de AOVE, remuevo bien y los cocino 15-20 minutos a 180º C (350º F) removiendo de vez en cuando. Hago este paso mientras la calabaza se esta cociendo.

  • Se conserva a la perfección durante varios días en el frigorífico.