Este post va dedicado a todas esas almas descarriadas que en algún momento se han interesado en la repostería y que no se han lanzado a hacer sus primeros pinitos por falta de conocimientos o de utensilios de cocina. Se acabaron las excusas.
Ésta receta, la básica para hacer el bizcocho de yogur, fue la que detonó mi locura por la cocina a la edad de 7 años. Recuerdo que aparecía en uno de mis libros del colegio y que la preparé con ayuda de mi madre. Como suele pasar con la memoria, los detalles de lo que fue mi primera experiencia pastelera se han desvanecido con el tiempo, dejando solo un recuerdo de felicidad.
Pues bien, para facilitaros las cosas, he decidido dar formato individual a este bizcocho y de esta forma no necesitaréis nada más que unos moldes de papel para magdalenas o muffins. Tampoco necesitaréis utensilios extraños, simplemente unas varillas, una espátula de silicona o una cuchara de madera, 1 cuenco grande + 2 pequeños y un colador para preparar esta receta. Ni siquiera os hará falta una báscula de cocina, ya que mediremos los ingredientes con el mismo vaso del yogur.
No me digáis que no os lo pongo fácil...
Nivel de dificultad: Fácil
Tiempo de preparación: Si tardas más de 20 minutos en la preparación es que te lo estás tomando con muuuucha calma. Unos 15 o 20 minutos de horneado.
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Ingredientes (a mi me han salido 19 magdalenas)
1 plátano grande o 2 pequeños
1 yogur* (puede ser de sabores o natural con o sin azúcar), preferiblemente con sabor a plátano o natural.
3 huevos grandes
1 vaso de yogur lleno de aceite vegetal (yo uso de oliva)
1 vaso de yogur lleno de azúcar. Si te gustan los bizcochos muy dulces, añade un par de cucharadas más de azúcar
1 vaso de yogur lleno de pepitas de chocolate o de chocolate troceado
3 vasos de yogur llenos de harina sin prensar
1 cucharada de levadura de repostería (polvos de hornear o baking powder) o 1 sobre de levadura royal
sal
azúcar para espolvorear por encima de las magdalenas.
*En España, los yogures suelen ser de 125 gramos. El que yo he utilizado es de 150 gramos. Al mantenerse las proporciones, no pasa absolutamente nada, solamente obtendréis un poco menos de masa si utilizáis el vasito de 125 gramos.
Preparación
1 Organizamos todo lo que nos va a hacer falta: los cuencos, las varillas, la cuchara o espátula, los moldes de papel, el colador y los ingredientes, la ropa de faena y nos lavamos las manos. Calentamos el horno a 190ºC (375º F).
2 Lo primero que vais a hacer es decidir si queréis unas magdalenas extra-esponjosas o no.
Sí: colocamos dos cuencos en la superficie de trabajo y separamos las claras de las yemas. Depositamos la yemas en el cuenco más grande y las claras en otro cuenco suficientemente grande como para poder montar las claras en él. Guardamos el cuenco con las claras en el frigorífico.
Uf, qué pereza: si os da igual que las magdalenas os salgan más densas y lo que queréis es preparar algo muy sencillo, cascáis los huevos en el cuenco más grande y listo.
3 Vaciamos el yogur en un recipiente aparte y rebañamos bien el envase con una espátula de silicona. Llenamos el vaso vacío del yogur con azúcar y añadimos esta cantidad (si queréis, un par de cucharadas más) a las yemas o a los huevos enteros, dependiendo de lo que hayáis decidido antes y lo batimos todo con la ayuda de las varillas hasta que el azúcar y los huevos se hayan mezclado bien, durante unos 2 minutos. Lo más probable es que la mezcla de azúcar y yemas quede muy densa y no la podáis mezclar con facilidad. No pasa nada, solo hay que batir un poco más durante el paso siguiente.
4 A continuación, llenamos el mismo vaso de yogur con aceite y lo añadimos a la crema de huevos y azúcar. Removemos con las varillas enérgicamente durante 1 minuto y añadimos el yogur. Removemos de nuevo durante 1 minuto.
5 Pelamos el plátano, lo cortamos en trozos muy pequeños y lo añadimos a la mezcla anterior. Añadimos las pepitas de chocolate y removemos bien.
6 Para los que hayáis decidido hacer unas magdalenas extra-esponjosas, es momento de sacar las claras del frigorífico. Lavamos muy bien las varillas con las que hemos estado mezclando los ingredientes y calentamos los músculos del brazo para montar las claras a punto de nieve. Me he cronometrado y tardo 2 minutos y 30 segundos en tenerlas listas y os aseguro que si yo puedo hacerlo, vosotros también. Recordad que hay que añadirle una pizca de sal a la mitad del proceso para que nos queden bien duras. Si tenéis una máquina eléctrica de varillas en casa, este paso se hace más rápido aún.
7 Medimos 3 vasos de harina sin prensar y los colocamos en un cuenco aparte. Añadimos la levadura de repostería a la harina y removemos bien.
8 Si has separado las yemas de las claras, es el momento de añadir las claras a punto de nieve a la mezcla. Puedes echarlas de una vez o poco a poco, lo importante es que las mezcles con la espátula de silicona o con la cuchara de madera haciendo movimientos envolventes desde la base del cuenco hacia arriba, sin batir, hasta que estén incorporadas a la masa.
9 Con un colador, tamizamos mezcla de harina con levadura encima de la masa y mezclamos con rapidez, usando la espátula o cuchara. Es muy importante no batir más de la cuenta para que nos queden unas magdalenas suaves. Es mejor que se nos queden unos cuantos grumos a que trabajemos la masa más de la cuenta.
10 Si tienes una bandeja especial para muffins, coloca los moldes de papel dentro. Si no cuentas con esta bandeja, prepara los moldes de papel encima (muy recomendable que los pongáis dobles para que mantengan mejor la forma) de una bandeja para horno dejando espacio entre ellos.
Rellenamos los moldes hasta que falte un poco más de un dedo por debajo del borde y los colocamos encima de una bandeja de hornear dejando espacio entre ellos.
Esparcimos un poco de azúcar por encima de cada magdalena si nos gusta que tengan una capa crujiente.
11 Bajamos la temperatura del horno a 180ºC (350º F) y horneamos las magdalenas por tandas entre unos 15 y 20 minutos. Os recuerdo que cada horno es diferente y que no todos los moldes para magdalenas son del mismo tamaño...así que id echando un ojo a partir del minuto 12. Para comprobar si están hechas, clavamos un palillo de diente en el centro de la magdalena. Si sale limpio (o sólo con restos de chocolate) están listas.
Consejos
- Las cantidades de chocolate y plátano son orientativas, yo las cambio constantemente dependiendo de si tengo más plátanos pochos de la cuenta o se me apetecen con más o menos chocolate.
- Existen muchos moldes para magdalenas diferentes. Yo os he aconsejado los de papel porque son los más comunes, pero se pueden hacer en moldes de silicona o de aluminio. Éstos últimos aunque son un poco más caros que los de papel, están muy bien porque mantienen la forma perfectamente, suelen tener unos diseños muy monos y al no absorber aceite, quedan muy bonitos.
- Realmente ésta es una receta de bizcocho, pero yo le he dado formato de magdalena. Soy consciente de que no es la mejor receta del mundo (bueno, el Dr. Marido opina lo contrario), pero creo que al ser tan fácil, más de uno se animará a ver que tal le sale. Espero que lo intentéis para sorprender a vuestros seres queridos y que echéis un buen rato preparándola.
No me imaginaba lo de añadir la harina despues de las claras, nunca lo habia hecho asi, ya probare, mañana mismo porque mis platanos no creo que duren mucho mas.
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