26 de septiembre de 2013

BIZCOCHO DE PERAS Y VINO DULCE


El perfeccionismo puede ayudarte a llegar al más alto nivel o puede hacer que te paralices y no llegues a hacer nada. Pues bien, como perfeccionista patológica, acostumbrada a bloqueos de todo tipo, he decidido hacer un ejercicio terapéutico: voy a compartir una receta propia, que además de haber hecho de forma espontánea, he probado sólo una vez. 










¿Conocéis ese momento, cuando te entran ganas de cocinar, buscas a ver qué tienes y no encuentras nada? ¿Cuando la única alternativa que te queda es poner en marcha la imaginación porque lo que menos te apetece es ir al supermercado? 

Así me encontraba yo, deambulando por la casa, decidiendo entre peras y mandarinas y buscando recetas. Opté por las peras, pero no me convencía ninguna receta. Me dí cuenta de que en realidad, ya había pensado qué quería hacer: algo sencillo, jugoso y con un toque de vino dulce. Entonces pensé que tomando como referencia la receta del bizcocho de yogur de toda la vida y añadiendo una cobertura tipo streusel tenía menos posibilidades de crear una abominación en la cocina...y me lancé a la piscina. 

El resultado, aunque no muy estético, es un bizcocho otoñal jugoso y blandito, no muy dulce, que contrasta con una cobertura crujiente y atiborrada de azúcar. 

Me encantaría saber qué opináis de este experimento y si os animáis a hacerlo, qué tal os ha ido.


Dificultad: Media-fácil
Tiempo de preparación: 20 minutos
Tiempo de horneado: 30-35 minutos
 

Ingredientes

175g de harina de repostería
75g de azúcar
55g de aceite vegetal (yo uso AOVE)
50g de vino dulce
2 huevos grandes
1 pera (la que he usado pesaba unos 175g) 
1 y 1/2 cucharadita de levadura de repostería (polvos de hornear)
1 pizca de sal

Para la cobertura crujiente:

40g de nueces
35g de mantequilla muy fría
30g de harina
65g de azúcar moreno
1 cucharadita de canela en polvo




Preparación

1    Precalentar el horno a 200º. Forrar con papel vegetal un molde redondo de 23cm (9 pulgadas) de diámetro.

2    Batir los huevos con el azúcar durante 5 minutos con una máquina eléctrica de varillas hasta conseguir una crema esponjosa. También se pueden utilizar unas varillas normales e ir batiendo con paciencia hasta conseguir montar la crema.

3   Añadir el aceite y batir durante unos segundos. A continuación, añadir el vino dulce (yo he usado vino de Marsala) y batir de nuevo.

4   Pelar la pera y trocearla en dados no muy grandes, retirando antes la zona del corazón. Añadir a la crema anterior.

5   Mezclar la harina con la sal y la levadura y tamizar con ayuda de un colador por encima de la crema. Incorporar la harina con una espátula de silicona o una cuchara de madera. Este paso debemos hacerlo con cierta rapidez, procurando no batir en exceso.

6  Rellenar el molde con la masa del bizcocho. No lo introducimos todavía en el horno.

7   Preparamos la cobertura crujiente con ayuda de un accesorio picador o una procesadora: introducimos todos los ingredientes de la cobertura y los picamos ligeramente, hasta que los trozos de mantequilla tengan un tamaño similar a granos de arroz.
Si no tenéis este accesorio de la batidora podéis hacerlo a mano: con las manos bien frías, desmenuzar la mantequilla (que también debe estar fría) mezclada con la harina, hasta que tenga una textura como de pan rallado, picar las nueces y mezclar con el resto de ingredientes. Para que la cobertura quede crujiente es importante que la mantequilla no se ablande demasiado. Esparcir sobre la masa del bizcocho.

8   Bajar la temperatura del horno a 180º y hornear el bizcocho durante unos 30 minutos. Esperar hasta que este tibio para desmoldarlo.




Consejos

  • El Dr. Marido y yo llegamos a la misma conclusión cuando lo probamos: este bizcocho tiene alma de magdalena (¿o debería decir de muffin?). Si te decides a prepararlo en ese formato, rellena las cápsulas de papel por 1 cm debajo del borde y esparce la cobertura por encima. La temperatura de horneado debe ser la misma y el tiempo dependerá del tamaño del molde (entre 12 y 15 minutos aproximadamente).

  • En cuanto a la conservación, de un día para otro esta muy bueno, pero la cobertura pierde bastante.

  • Los trozos de pera se van al fondo del bizcocho. La próxima vez intentaré evitarlo echando una cucharada sopera de harina (que quitaré de la cantidad de la receta) por encima de la pera troceada antes de añadirla a la masa. 

  • La cobertura crujiente le da un punto muy interesante al bizcocho y es muy fácil de hacer si disponéis de un accesorio picador. Pero si no contáis con este accesorio de cocina y pensáis que es un rollo ponerse a hacer el streusel a mano, lo que tenéis que hacer es mezclar el azúcar con la canela y esparcirla por encima del bizcocho. No será lo mismo pero al menos os habré puesto a cocinar, que es lo que a mí me gusta.



 

   

22 de septiembre de 2013

FIDEOS CHINOS CON VERDURAS Y GAMBAS


Esta es mi versión de un plato asiático que todos conocéis. Pido perdón de antemano si algún experto en cocina china lee estoy le entran ganas de suicidarse. Pero así es como lo hago en casa, sin muchas complicaciones.
Este es un plato todoterreno, versátil y rápido que me ha salvado más de una cena. 





Es posible que tengas que comprar las salsas y el vino para prepararlo, pero créeme que les darás uso para otros platos. Además, no tienes que preocuparte por gastarlas pronto porque duran una eternidad en el frigorífico.



Dificultad: Fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos



Ingredientes para 4 personas

250g de tallarines asiáticos de trigo
150g de champiñones
1 zanahoria 
4 cebolletas (50g)
150g de calabacín
50g de repollo 
60g de tirabeques (también llamados bisaltos)
300g de gambas 
60ml de vino chino de arroz
60ml de salsa de soja
1 chorro generoso (unas 2 o 3 cucharadas) de salsa hoisin
aceite de sésamo o girasol



  
Preparación
  
1   Calentamos bastante agua en una olla para cocer los tallarines. Mientras tanto lavamos todas las verduras y preparamos un cuenco grande delante de la tabla de cortar. Cortamos las verduras en trozos regulares de tamaño similar: los champiñones en láminas, las zanahorias en tiritas o rodajas, los calabacines en tiritas (no muy grandes y de un grosor que no supere 1 cm) para que durante el salteado no se nos quemen o se queden crudas. A mi me gusta variar las formas para mejorar la textura. Cortamos la cebolletas en aros y los tirabeques en 3 partes. Conforme vayamos cortando, vamos depositando toda la verdura en el mismo cuenco. 

2   Cuando el agua este hirviendo, cocemos la pasta según nos indique el envoltorio. Pelamos las gambas y las lavamos. A mi me gusta trocearlas, aunque se pueden dejar enteras. Escurrimos la pasta y la enfriamos con agua.

3   En una sartén bien grande (si tenéis un wok, perfecto) calentamos 3 o 4 cucharadas de aceite de girasol (si te gusta un sabor más pronunciado puedes usar aceite de sésamo) a fuego muy fuerte. Cuando el aceite este muy caliente echamos todas las verduras de una vez. El fuego tiene que estar al máximo para que las verduras se salteen en vez de cocerse. Salteamos las verduras sin dejar de moverlas unos 3 minutos como máximo y echamos el vino de arroz y las gambas. Cuando ha pasado un minuto y el vino ha empezado a evaporarse echamos la salsa hoisin y la salsa de soja. Cocinamos durante unos 3 minutos hasta que las gambas estén hechas y las salsa haya reducido un poco. Probamos el punto de sal. 

4   Agregar los tallarines cocidos y enfriados y remover con unas tenazas o dos cucharas para que se mezclen bien con las verduras hasta que estén calientes.

5   Servir de inmediato. Este plato queda genial acompañado de una cerveza fresquita.



Consejos

  • He de admitir que para algunas cosas soy muy purista, pero éste no es el caso. Este plato entra dentro de lo que es la cocina de aprovechamiento en mi casa. Cada vez que lo hago, cambio algo, porque no siempre tengo todos los ingredientes y a lo mejor me interesa gastar alguna verdura que se me esta poniendo pachucha. Así que no te cortes, usa lo que te apetezca: brotes de bambú, brotes de soja, espinacas, pimiento, brócoli...

  • El vino de arroz y la salsa de soja son imprescindibles para que este plato tenga ese toque que nos recuerda a la cocina china. También debemos incluir zanahoria, cebolleta y setas entre las verduras que usemos para su elaboración.

  • Para hacer este plato versión vegetariana añade tofu frito a cuadraditos. O si prefieres usar pollo en vez de gambas, añade el pollo ya cocinado (si esta cortado en trozos muy pequeños no hace falta) en el mismo punto de la receta.

  •  En cuanto a las salsas, no te preocupes si no encuentras la salsa hoisin. A mi me gusta usarla porque aporta un toque dulzón al plato, pero si lo prefieres puedes usar salsa teriyaki, salsa de judías negras o solamente salsa de soja.

  • Las verduras de este plato deben estar al dente, es decir, cocinadas ligeramente para que queden crujientes, por lo que es mucho mejor quedarnos cortos a pasarnos con el tiempo del salteado.

  • Ojo con la sal. Estas salsas son muy saladas, así que es aconsejable que vayas probando y no añadas la sal (en caso de que sea necesario) antes de que el plato esté casi listo. 

  • Los tallarines de este plato empiezan a pegarse en cuanto se enfrían. Es normal. El motivo por el que los tallarines comprados en un restaurante chino no se pegan es que contienen toneladas de aceite. Este es el precio que pagamos al optar por un plato bajo en grasas.


  

16 de septiembre de 2013

THUMBPRINT COOKIES


Estas galletas forman parte de mi repertorio habitual a la hora de preparar algo dulce. Suaves y blanditas, con un delicioso aroma a mantequilla son perfectas para tomar acompañadas de un té. 






He decidido mantener el nombre original en vez de inventármelo o traducirlo como "galletas de huella del dedo pulgar" (¡agh!).
Según la tradición, estas galletas se elaboran hundiendo el dedo pulgar en el centro para hacer un hueco donde colocar el relleno, que suele ser de mermelada. 

Al igual que las galletas de chocolate y copos de avena, son muy fáciles de hacer y te pueden sacar de un apuro si no conoces los gustos de los comensales, porque aunque parezca increible, existe gente a la que no le gusta el chocolate.


Dificultad: Baja
Tiempo de preparación: 20 minutos
Tiempo de horneado: 12 minutos



Ingredientes para unas 20 galletas


100g de mantequilla a temperatura ambiente
75g de azúcar 
1 yema de huevo
unas gotas de esencia de vainilla
140g de harina de repostería 
1 pizca de sal
Mermelada de frambuesa



Preparación


1   Precalentar el horno a 180ºC. Preparar una bandeja para hornear cubierta con papel vegetal.
 
2   Batir la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar usando unas varillas (en mi caso, eléctricas) hasta conseguir una crema esponjosa. 

3   Añadir la yema de huevo y la esencia de vainilla. Batir de nuevo durante 1 minuto.

4   Tamizar la harina y la sal con un colador sobre la mezcla anterior. Remover con una espátula de silicona y luego con las manos hasta conseguir una masa homogénea.

5   Aunque la forma de estas galletas se hace usando el dedo pulgar, he seguido los consejos del blog donde encontré esta receta y he usado el mango de una cuchara de madera para darles forma. 

El procedimiento es sencillo: con las manos, formamos bolitas algo más pequeñas del tamaño de una nuez, las aplastamos ligéramente y hacemos un hueco en el centro de la galleta con el extremo del mango de la cuchara previamente mojado en agua. Agrandamos el hueco con cuidado y lo llenamos de mermelada de frambuesa con ayuda de una cucharilla de postre. 
Hay que dejar un espacio al colocar las galletas en la bandeja de hornear para que nos se nos peguen unas con otras. 





6   Hornear a 180º durante unos 12-13 minutos, hasta que estén ligeramente doradas. Dejar enfriar en la misma bandeja del horno 10 minutos antes de transferir a una rejilla para que se enfrien por completo.


Consejos

  • Es muy importante usar ingredientes de la mejor calidad cuando cocinamos en general y más aún cuando preparamos una receta tan simple como esta. Una mantequilla de primera y una buena mermelada nos van a asegurar un triunfo total cuando preparemos esta receta.

  • La mantequilla debe de estar a temperatura ambiente. Eso significa que no podemos sacarla del frigorífico 10 minutos antes de hacer las galletas. Debe estar fuera por lo menos una hora antes de ponernos manos a la obra. Si no puedes esperar, usa el microondas con mucho cuidado, evitando que la mantequilla llegue a derretirse.

  • No es fácil conseguir que estas galletas tengan una forma perfecta. Yo intento no hacer un hueco excesivamente grande y no poner más mermelada de la cuenta, pero al final siempre me paso y después del horneado me sale más de un monstruo de frambuesa, que aunque no sea muy bonito, esta tan bueno como el resto. Así que si te pasa lo mismo, respira, cuenta hasta 10 y piensa que el encanto que tienen las cosas hechas en casa reside en que todo queda más rústico.
 
  •  el tiempo de horneado es orientativo, echa un ojo a partir del minuto 10.

  • Se conservan bien en una lata una vez se hayan enfriado, aunque lo más probable es que no quede ni rastro de ellas al tercer día.






Receta Botones de frambuesa del blog La manzana roja

 




12 de septiembre de 2013

PAN DE PITA


El Pan de Pita es un tipo de pan plano cuyo origen se sitúa en la zona de Oriente Medio y que forma parte de la gastronomía del Mediterráneo oriental y de los Balcanes.

Es un pan muy popular en la actualidad que sirve tanto para acompañar platos como para rellenar.





¿Y por qué hacer pan en casa si lo podemos comprar?

Porque no es lo mismo.
En primer lugar, porque hacer pan es una actividad relajante y reconfortante. Además, al hacer nosotros el pan, sabemos lo que estamos comiendo (¿habéis leído la etiqueta de los panes del supermercado?), es más económico y por supuesto, su sabor no tiene ni punto de comparación.

No somos muchos, pero los que nos hemos enganchado a esto del pan sabemos que siempre merece la pena. Su elaboración no requiere ningún esfuerzo sobrehumano, simplemente organización.

Si es la primera vez que intentáis hacer pan, es posible que os parezca muy complicado. 
Es cierto que necesitáis aprender muchas cosas nuevas, pero no es difícil, os lo aseguro. 

Por el momento, me gustaría dejar claro dos cosas importantes a la hora de panificar en casa:
  • Cuanta más levadura usemos para hacer el pan, peor será el resultado.
  • A mayor temperatura durante la fermentación de la masa (temperaturas muy superiores a 26ºC o 79 F), más baja será la calidad del pan. 


La clave está en el tiempo. Cuanta menos prisa, mejor. 
Es más, si no disponéis de mucho tiempo para el amasado, os aconsejo que sigáis los pasos 2 y 3 y que guardéis la masa en un recipiente hermético en el frigorífico. Al día siguiente podéis comenzar a hacer el pan desde el paso 5, cortar la masa aún fría y dejarla reposar hasta que este a temperatura ambiente antes de formar las bolitas.

    ¿Os animáis?


    Dificultad: Media
    Tiempo de preparación: Difícil de calcular... 9 minutos de amasado y más de 1 hora y media de reposo en total, aunque depende de la organización de cada uno.


    Ingredientes:

    500g de harina de fuerza o harina para hacer pan.
    275g de agua.
    7g de sal (se pueden poner hasta 9g si prefieres un punto más de sal)
    5g de levadura de panadería fresca o 1.5g de levadura seca de panadero.


     Preparación:


    1  Preparar la superficie donde vamos a trabajar la masa. Retirar los objetos que nos puedan molestar y limpiar la encimera o la mesa que hayamos escogido para trabajar. 
    La organización es fundamental para no olvidarnos de los pasos a seguir y para que la tarea de hacer pan (sobre todo para los principiantes) se nos haga más sencilla.
    • Pesar la harina en un cuenco grande. Pesar la sal y la levadura de panadero por separado. Preparar el agua. 
    • También necesitaremos un par de trapos de cocina limpios, un cuchillo y un rodillo. 
    • Preparar una bandeja para horno y un par de láminas de papel vegetal.

    2  Una vez que tenemos todos los ingredientes preparados, los utensilios listos y las manos limpias, empezamos a hacer el pan. 
    • En el recipiente de la harina, echamos la sal a un lado,  la levadura en otro y vertemos el agua en el centro. 
    • Comenzamos mezclando los ingredientes dentro del bol. Con una mano, hacemos movimientos circulares hasta que los ingredientes comiencen a integrarse y luego, empezamos a mezclar con las dos manos hasta que la harina haya absorbido el agua. En mi caso, he tenido que añadir un poco más de agua a la mezcla para poder trabajarla mejor. Que la masa esté pegajosa es una buena señal, no os pogáis a añadir harina. 
    • Tapamos la masa con un paño de cocina húmedo y la dejamos reposar durante 15 minutos. Es importante que la masa este tapada durante los reposos para la superficie no se seque.
    Este paso consiste símplemente en mezclar los ingredientes, no necesitamos amasar todavía.


    3  Tras este tiempo de reposo la masa se manejará mejor porque ha comenzado a desarrollar el gluten sin necesidad de amasado. 
    • Depositar la masa sobre la superficie de trabajo y amasar durante 3 minutos. Si untas un poco de aceite sobre la superficie de trabajo y en tus manos antes del amasado, la masa se pegará menos. 
    • Formar una bola con la masa y dejar reposar 15 minutos.
    •  Amasar durante otros 3 minutos, hacer una bola y dejar reposar (siempre con algo que cubra la masa para que no se seque) otros 15 minutos.
    •  Repetir este proceso de nuevo.

    4  Tras el último descanso de 15 minutos, la masa tendrá la superficie lisa y suave.

    • Cortar la masa en 10 porciones de unos 80g cada una formar bolitas metiendo la masa hacia adentro. 
    •  Colocar las bolitas sobre un trapo enharinado y cubrir con papel de film (pintado con aceite) o con otro trapo húmedo.
    •  Dejar reposar 45 minutos. Precalentar el horno con la bandeja de hornear dentro a 250ºC (490 F), calor arriba y abajo durante 35 o 40 minutos.

    Masa después de los 45 minutos de reposo



    Formado del pan

    5  Espolvorear un poco de harina sobre la superficie donde vamos a formar los panes de pita.  
    • Colocar una bolita de masa (habrá aumentado de tamaño durante el reposo) y aplanarla con ayuda de un rodillo de cocina hasta consegir un disco de entre 2 y 3 milímetros de grosor. 

    • Cada pita debe reposar unos 5 minutos antes de ser horneada.

    •  Repetir el proceso de formado de los panes mientras se van horneando el resto.

    6  Es muy importante que el horno esté muy caliente, por lo que debemos intentar (siempre con mucho cuidado) abrir y cerrar la puerta del horno con cierta rapidez.
    • Cuando el horno ha alcanzado su máxima temperatura con la bandeja dentro, depositamos varios panes (dependiendo del tamaño de la bandeja) sobre papel de hornear y los colocamos rápidamente dentro del horno. Yo utilizo una pala de madera para ayudarme en este proceso. También se puede usar una tabla de cortar u otro instrumento que nos ayude a deslizar el papel de hornear con las pitas sobre la bandeja que tenemos dentro del horno. Al colocar la masa sobre una superficie caliente, conseguiremos que el pan se hinche con facilidad y nos quedaran unas pitas perfectas para rellenar. 

    • Cada tanda de pitas va a estar lista en 4 o 5 minutos, dependiendo del horno. Cuando esten hinchadas como globitos, se sacan del horno y se envuelven en un trapo para mantenerlas calientes y evitar que se queden crujientes (el pan de pita es una pan cocido, no tostado).













    Consejos

    • Hacer pan en casa es un placer para mucha gente. Si no te llama la atención para nada, pues qué se le vamos a hacer. Pero si no lo pruebas porque es "muy difícil" o "es que yo no se hacerlo", cambia el chip: todos hemos cometido errores aprendiendo. Además, ¿qué pierdes por probar? ¿un poco de harina, sal y levadura? 

    • Para dar más sabor al pan de pita y añadir un poco de fibra suelo sustituir 50g de harina blanca por harina integral. También podéis añadir un chorro de aceite de oliva a la masa en el paso 3. 

    • La levadura de fresca de panadero se suele encontrar en el supermercado en la zona de refrigerados. La levadura seca de panadero se suele encontrar en sobres y no la debemos confundir con la levadura de repostería (baking powder o polvos de hornear).

    • Para que tengáis una idea de cómo amasar, podéis poner este vídeo de Dan Lepard a partir del minuto 2 hasta el 3:30. 

    • Como podéis comprobar, la mayoría del tiempo que invertimos al hacer pan es tiempo de espera para los reposos de la masa. Si os organizais bien podéis cocinar otra cosa y así ya teneis la comida lista para rellenar vuestras pitas.

    • Este pan es ideal para comer con hummus, falafel y cualquer mezca que se te ocurra de verduras con o sin carne y salsa de yogur.


    Receta de Xavier Barriga.

    5 de septiembre de 2013

    HUMMUS



    El Hummus es un plato típico de Oriente Medio y de países del Mediterráneo como Líbano, Armenia, Grecia y Turquía.

    Existen una infinidad de recetas de Hummus que suelen tener en común ingredientes básicos como garbanzos, ajo, tahini, zumo de limón y aceite de oliva. Las proporciones y las diferentes especias que se le añaden, varían dependiendo del lugar de origen.




    Ya sea como entrante, como acompañamiento o como relleno para bocadillos, ésta pasta de garbanzos es una delicia.

    Si no lo habéis probado antes, no os dejéis engañar por una imagen de garbanzos machacados en un cuenco. Éste plato, como todos los platos de origen humilde, es mucho más de lo que parece. 

    Y si habéis probado un Hummus comprado y no os ha gustado mucho, borrad ese sabor de vuestra memoria. Ocurre lo mismo que con el guacamole, el sabor del casero no tiene nada que ver con el industrial.

    Para los demás que conocéis el Hummus en toda su extensión, os garantizo que éste va a ser el más sedoso y suave que jamas hayáis podido probar. 

    ¿El motivo? Pues que una vez cocidos, vamos a pelar los garbanzos. 

    No, no estoy loca y sí, es necesario. 

    Sólo hay que invertir un poco más de tiempo a la hora de preparar esta receta. Y creedme que esos 12 minutos de trabajo manual van a marcar la diferencia entre "qué rico está este Hummus" y silencio... mientras los comensales buscan más pan de pita para mojar.



    Dificultad: Fácil
    Tiempo de preparación: 20 minutos
    Tiempo de reposo: 30 minutos



    Ingredientes:

    350g de garbanzos cocidos
    100g de tahini
    1 limón exprimido
    2 dientes de ajo pequeños 
    1/2 cucharadita de sal
    30g de agua de cocción de los garbanzos
    Aceite de Oliva Virgen Extra
    Comino molido, pimentón o perejil para servir

     
    Preparación:


    1. Si tengo que elegir entre garbanzos cocidos de bote y garbanzos preparados en casa, sin duda me decanto por estos últimos. 
    Suelo ponerlos en remojo la noche anterior y a la mañana siguiente los cuezo en la olla rápida unos 20 minutos. Hay que empiezar a cocinarlos en agua fría sin sal, para que no se endurezcan.
    La cocción se alarga bastante si no se usa una olla a presión (hasta 2 horas), aunque también se puede hacer si contáis con el tiempo suficiente. 
    Peeeero si esto de cocer los garbanzos os está quitando las ganas de hacer el Hummus, no hay problema. Comprad los garbanzos cocidos y punto.
    Recordar que hay que reservar un poco del líquido de los garbanzos.

    2. Preparar dos cuencos y comenzar a pelar los garbanzos. La técnica es simple: se aprieta ligeramente el garbanzo entre los dedos índice y pulgar, así la piel se queda entre los dedos y el garbanzo sale fácilmente. Si mantenemos un ritmo, garbanzos pelados a un cuenco y pieles a otro, no se tarda tanto tiempo. 

    3. Una vez pelados los garbanzos, ya tenemos la mayor parte del  trabajo hecho. Picar los dientes de ajo y pesar el tahini. 

    4. Con una batidora o un procesador, triturar los garbanzos con el ajo, la sal, el zumo de limón y el líquido de cocción (o agua) que teníamos reservado, durante 1 minuto. Añadir el tahini y batir 1 minuto más. Comprobar el punto de sal y limón y rectificar al gusto. Si vemos que la pasta está demasiado espesa, añadir algo más de líquido. Batir otro minuto más o hasta que consigamos una pasta suave y sin grumos.

    5. Transferir al recipiente donde lo vayamos a servir y dejar reposar en el frigorífico un mínimo de 30 minutos. 

    6. Hacer unos surcos con una cuchara y verter una cantidad generosa de AOVE sobre el Hummus. Espolvorear con la especia que más os guste, yo escojo siempre Pimentón de la Vera.

    7. Servir con verduras crudas (crudités) como apio, zanahoria y pimiento crudo o con Pan de Pita.


     

      Consejos

    • Si os animáis a cocer los garbanzos en casa os aconsejo que no os limitéis a la cantidad justa para la receta. Yo siempre cuezo de más y los utilizo para otros platos como por ejemplo, ensalada de legumbres o los congelo ya pelados, para hacer esta receta modo"express". 


    •  El tahini o tahina es una pasta hecha a partir de semillas de sésamo (ajonjolí). Se puede encontrar en tiendas de productos árabes y en grandes superficies en la sección de productos internacionales (recuerdo haberlo comprado en la sección gourmet de El Corte Inglés).

    • Se puede preparar con antelación y guardar en el frigorífico hasta 5 días.

    • Para un bocadillo simple y buenísimo sólo hace falta un buen pan de semillas, tomate en rodajas, Hummus y un chorrito de aceite de oliva. Os va a sorprender.



    Adaptación de la receta Ethereally smooth hummus de smitten kitchen.