Halloween es una festividad anglosajona que todos conocemos por el famoso "truco o trato", los disfraces y los atracones de caramelos, cuyos sus orígenes están relacionados con antiguas celebraciones del fin del verano como el Samhain, de origen celta y con la festividad cristiana del Día de Todos los Santos.
La masa que he utilizado es fácil de manejar, siempre que no se caliente demasiado y el olor que deja en la casa cuando se empiezan a hacer las galletas es buenísimo.
En cuanto a la decoración, aquí, en los Estados Unidos, se venden infinidad de glaseados listos para usar y de todos los colores que te puedas imaginar. Yo me he limitado a comprar el de color negro (de la marca Wilton) y el resto los he hecho en casa. También puedes usar chocolate blanco, chocolate negro o cualquier otra decoración que sea comestible.
¿Que no te gusta la temática de Halloween? Utiliza un cortapastas con la forma que más te guste y decóralas como quieras.
Lo más importante es pasar un buen rato y echarle imaginación.
¿Te animas?
Dificultad: Media
Tiempo de preparación: 20 minutos + 30 minutos de reposo
Tiempo de horneado: 12 minutos por cada tanda de galletas
Tiempo de decoración: Mucho, sin embargo cuenta como tiempo de diversión, no de trabajo.
Utensilios: Cuenco, varillas, colador, rodillo, cortapastas de diferentes formas, manga pastelera (o papel de hornear para fabricar una casera) y palillos de dientes.
Ingredientes para unas 30 galletas
375g de harina de repostería (o harina "all purpose")
180g de mantequilla a temperatura ambiente
200g de azúcar (yo he puesto 150g)
1 huevo + 1 yema
la ralladura de 1 limón
1/2 cucharadita de extracto de vainilla o un par de gotas de esencia de vainilla
1 pizca de sal
Para la decoración puedes utilizar:
Colorante alimentario (suelen vender un kit con rojo, amarillo y azul)
Chocolate blanco
Chocolate de cobertura o pepitas de chocolate
Glaseado de colores listo para usar
También puedes preparar tu propio glaseado para las galletas mezclando:
1 cucharada de zumo de limón
1 clara de huevo
200g de azúcar glas
Preparación
1 En un cuenco grande con ayuda de unas varillas (eléctricas o a mano) bate la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar durante unos 5 minutos hasta conseguir una mezcla homogénea. Si no has sacado la mantequilla del frigorífico con antelación puedes calentarla unos segundos en el microondas, con cuidado de que no se derrita. La mezcla de mantequilla y azúcar debe tener una textura similar a una pomada.
2 Añadimos la yema y el huevo entero y mezclamos con una cuchara de madera o espátula de silicona hasta que se hayan incorporado bien a la mezcla anterior. Añadimos la vainilla, la ralladura de limón y la pizca de sal y volvemos a remover durante unos segundos.
3 Tamizamos la harina con un colador por encima de la mezcla de huevos, mantequilla y azúcar y removemos con la cuchara o espátula hasta conseguir una masa. Yo suelo usar las manos para terminar de mezclar la masa. Hacemos dos bolas y las aplastamos ligeramente. Las envolvemos en papel film y las dejamos reposando en el frigorífico 30 minutos como mínimo.
4 Precalentamos el horno a 180º C (375º F).
Despejamos y limpiamos la superficie de trabajo donde vayamos a dar forma a las galletas. Preparamos un rodillo de cocina, un poco de harina y sacamos una de las bolas de masa del frigorífico. Estiramos la masa ayudándonos del rodillo, con paciencia para que no se nos rompa mucho y la dejamos de un grosor de unos 3 milímetros, ni muy fina ni muy gruesa. Cortamos las galletas con ayuda de un cortapastas y las vamos depositando en una bandeja para horno cubierta con papel de hornear, dejando siempre un poco de espacio entre ellas. Vamos haciendo una bola de masa con los recortes y la metemos en el frigorífico para que no se caliente mucho antes de volver a pasar el rodillo otra vez. Sacamos la segunda bola que teníamos reservada en el frigorífico y repetimos el proceso para cortar las galletas hasta que no nos quede masa. Haremos este paso a la vez que se hornean las galletas que hemos cortado previamente.
5 Horneamos las galletas por tandas durante unos 12 minutos aproximadamente. A mi me gusta rotar la bandeja cuando han pasado 6 minutos para que el horneado sea más uniforme, aunque esto es opcional. Cuando las galletas tengan los bordes dorados, las sacamos del horno.
Sé que me repito mucho, pero es importante que conozcáis vuestro horno y vayáis observando si necesitan unos minutos más o menos. Cuando hayan pasado unos 5 minutos fuera del horno, las colocamos con cuidado sobre una rejilla para que terminen de enfriarse.
6 Cuando las galletas estén frías, comenzamos a decorarlas.
Este es el paso más caótico y divertido porque todo vale, siempre que sea comestible, ejem...
Si quieres hacerlo estilo pro y cuentas con tu manga pastelera, pues preparas la receta del glaseado, lo divides en varios cuencos para usar diferentes colores y ¡al ataque! ¿Que no tienes manga pastelera y te gustaría intentarlo? Pincha aquí para ver un vídeo donde se explica cómo hacer una manga pastelera con papel para hornear.
Yo me he ayudado de un palillo de dientes para repartir el glaseado con cuidado, pero es un trabajo lento, muy lento.
Si no quieres saber nada de los glaseados de azúcar, usa chocolate blanco, derrítelo con cuidado en el microondas (se quema con facilidad) y añade colorante alimentario del color que más te guste para decorar. O puedes usarlo sin colorante. El chocolate negro también sirve para hacer la función de color negro, aunque quede marrón y está mucho más bueno que el glaseado, porque al fin y al cabo, es chocolate.
7 Podéis esperar a que el glaseado se seque pero después de tanto trabajo seguro que cae alguna antes de tiempo...
Consejos
- Puedes probar a aromatizar la masa de las galletas con otro tipo de especias o extractos, siempre que no añadas mucho líquido a la mezcla. Puedes echarle un poco de canela, jengibre en polvo o sustituir el extracto de vainilla por otro diferente. Como podéis comprobar, las galletas de la foto llevan ralladura de naranja y un poquito de lima, aunque para mí, la mejor combinación ha sido la de vainilla y limón.
- La masa de las galletas debe estar algo fría para que no se nos rompa mucho al manipularla. Si vemos que se nos pega mucho aunque echemos harina sobre la superficie de trabajo y sobre el rodillo la meteremos unos 5 minutos en el congelador.
- Las galletas quedan realmente crujientes si se enfrían durante 10 minutos despues de cortarlas, justo antes de meterlas en el horno.
- Si no dispones de cortapastas con motivos de Halloween puedes usar una cartulina recortada con la forma que quieras como plantilla. Sólo tienes que colocar la cartulina encima de la masa y usar un cuchillo pequeño y afilado tipo puntilla para cortar la forma de la galleta siguiendo los bordes de la cartulina.
- Tanto el extracto (o esencia) de vainilla como los colorantes para el glaseado y demás productos para decorar galletas se suelen encontrar en grandes superficies y en tiendas especializadas.
- El glaseado debe quedar bastante espeso para que se mantenga sobre la galleta. Si ves que está muy líquido, añade un poco más de azúcar glas hasta conseguir el espesor adecuado. Para decorar las galletas estilo profesional debes hacer un glaseado muy espeso, parecido a la pasta de dientes, para delimitar los bordes y otro glaseado algo más líquido (se hace añadiendo unas gotas de agua) para rellenarlas por el centro.
Receta adaptada del libro Cookies de Hilaire Walden
voy a probar seguro deber ser muy bueno de todas las pág que vi esta me convenció más.
ResponderEliminarGracias por tu comentario :)
EliminarEspero que te gusten y que pases un buen rato decorándolas