2 de septiembre de 2015

QUICHE DE KALE O COMO USAR HOJAS VERDES


Esta entrada intenta ser una carta inspiradora, un empujón para salir del atolladero del "no sé que preparar con esto". 

Me dirijo a todos vosotros en modo discurso peliculero para motivaros cuando tengáis que cocinar con un ingrediente inesperado. En mi caso el ingrediente es el kale, un tipo de hoja verde muy dura (y algo apestosilla) que en realidad es una col. Y aunque sé que no os interesa, os contaré mi historia.

Erase una vez una española (del sur, escandalosa y con muy mala leche temperamento) que tuvo que mudarse a una tierra lejana en upstate NY, territorio de jipis y estudiantes de Cornell. Allí siguió el consejo de unos amigos y se apuntó a un CSA, algo así como una tarifa plana de verduras locales. Este año, decidió compartir una caja semanal con otros amigos y se encontró con la cruda realidad: que los locales idolatran al kale (en otros sitios conocido como col crespa) porque por lo visto es una de esas verduras que entra en la dudosa categoría de superfood
¿Qué hacer con uno o dos manojos de kale a la semana? Pues entre rehogarlo con ajito, meterlo en lasañas de verduras, guisos (no muchos porque aquí el calor cuando pega, pega de verdad) y demás inventos para salir del paso, esta española encontró el modo de esconderlo en una quiche. Una quiche simple y sabrosa que hace que se nos olvide que estamos consumiendo este ingrediente tan poco agraciado.

Moraleja: no tiréis la toalla con los ingredientes que no sean totalmente de vuestro agrado. Siempre podréis sacar algo bueno.






Nivel de dificultad: medio
Tiempo de preparación: Una hora y media como mucho, incluyendo el tiempo de horneado. Si preparas la masa en casa tienes que contar con 1h y 15 minutos (de los cuales solo 15 minutos son de trabajo) más.



Ingredientes para la masa quebrada

200g de harina de todo uso o de repostería
100g de mantequilla
1 huevo
15g de azúcar 
1/2 cucharadita de sal



Preparación

1   Desmenuzamos la mantequilla fría dentro de la harina con los dedos (podemos usar el robot de cocina para este paso). 

2   Añadimos la sal, el azúcar y el huevo y mezclamos bien. Añadimos un chorrito de agua si es necesario hasta que la masa no tenga restos de harina seca. Mezclamos lo justo hasta conseguir una masa homogénea.

3   Hacemos una bola, cubrimos con film y metemos en el frigorífico durante una hora

4   Precalentamos el horno a 180ºC (350º F), unos 20 minutos antes de meter la masa en el horno. 

5   Estiramos la masa con un rodillo usando un poco de harina para que no se nos pegue y colocamos en el molde para el horno (yo he usado uno de 28 centímetros). 

6   Pinchamos la masa con un tenedor y colocamos un trozo de papel para hornear encima. Cubrimos el papel de hornear con legumbres o bolas de cerámica y horneamos a ciegas durante 15 minutos. Retiramos las legumbres y el papel de hornear y volvemos a meter en el horno unos 5-10 minutos, hasta que la base este cocinada.



Masa antes del horneado



Para los que utilicéis una masa comprada para hacer la receta, tenéis que empezar por el paso número 6 del apartado anterior.




Ingredientes para el relleno

150 g de hojas de kale listas para usar*
1/2 cebolla pequeña picada muy fina
1 cucharada de mantequilla o aceite de oliva
1 tomate pequeño
240ml (una taza) de leche evaporada o nata 
3 huevos
50g de queso curado rallado (yo he utilizado uno estilo grana padano
2 cucharadas de piñones

*Para esta receta puedes usar espinacas, acelgas, grelos, etc. incluso bok choy (pica bien el tallo y rehógalo antes). 



Preparación

1   Ponemos a hervir una olla con agua y un puñado se sal para blanquear el kale (puedes saltarte este paso si utilizas un tipo de hoja más tierna). Precalentamos el horno a 180ºC (350º F), calor arriba y abajo.


2   En una sartén, añadimos una cucharada de aceite de oliva o mantequilla y cocinamos la cebolla con una pizca de sal a fuego medio hasta que este dorada. Apagamos el fuego una vez esté lista.


3   Si vas a utilizar kale, tienes que tener en cuenta que la parte del tallo no es comestible y que hay que hervir las hojas un par de minutos para ablandarlas. Una vez hervidas, dejamos que se enfríen un poco y las picamos bien para que la quiche se pueda comer fácilmente (no hay nada peor que encontrarse una trozo gigantesco de hoja en este tipo de tarta salada)




Kale ruso rojo a la izquierda y kale lacinato a la derecha








4   Añadimos el kale a la sartén con la cebolla y rehogamos durante unos 5 minutos. Si vas a utilizar otro tipo de hoja (espinacas, acelgas...) tendrás que rehogar los tallos finamente picados junto con la cebolla ya cocinada unos 5-10 minutos antes de añadir las hojas troceadas. A continuación, añadimos los piñones (tostados o crudos, dependiendo de nuestro gusto).


5   Quitamos las semillas del tomate, lo picamos en trozos pequeños y lo añadimos al resto de las verduras. Retiramos la sartén del fuego.


6   Batimos los huevos con la leche evaporada (o nata), añadimos la mayoría del queso y salpimentamos. Añadimos las verduras a la mezcla anterior y removemos bien.


7  Vertemos la mezcla sobre la masa de la quiche esparcimos el resto del queso por encima y horneamos durante unos 25-30 minutos. 







Consejos

  • Se puede servir caliente, tibia o a temperatura ambiente acompañada de una ensalada verde (el punto picante de la rúcula le va fenomenal).

  • Se puede congelar sin problemas.

  • Probad a añadir un poco de albahaca o una pizca de nuez moscada al relleno. No olvidéis que las hierbas y las especias nos ayudan a salir de la monotonía en la cocina.





  Receta de masa quebrada adaptada del blog María lunarillos.